Desde que el Seniat cerró el negocio de las hermanas Hernández, no han parado de trabajar. El castigo que el chavismo impuso a través de su organismo tributario a un pequeño negocio de carretera, que vendió desayunos la semana pasada al equipo de María Corina Machado durante su gira por los estados llaneros de Venezuela, se ha vuelto lo que las cuatro hermanas del pueblo de Corozo Pando llaman bendiciones que, en concreto, son más de 400 empanadas vendidas desde que la historia de la arbitrariedad vivida se hizo viral y desató una ola de solidaridad.
Qué bárbaras son estas mujeres! Les presento a #LasHernández: Elis, Mileidis, Pastora y mi tocaya, Corina, dueñas del restaurante Pancho Grill en Corozo Pando, Guárico. Como ya muchos saben, el miércoles el Seniat les cerró el negocio porque nos vendieron el desayuno, cuando…
Sin miedo, ellas grabaron todo “el procedimiento” del Seniat y lo publicaron por las redes. En minutos el video se hizo viral!!
Pancho Grill no tenía ni redes sociales. Antes de esto veían pasar las horas sin ninguna venta en medio del sopor de una crisis económica que lleva años en Venezuela. Ese día vieron una caravana de carros que se aproximaba. “Teníamos unas seis empanadas en el calentador esperando que pasara alguien para vendérselas, cuando vimos varios carros juntos y pensamos que era el Gobierno”, cuenta por teléfono Corina Hernández, de 44 años, la cocinera principal del establecimiento. Era Machado con su equipo. Con los 14 desayunos que les vendieron, las grabaciones de los funcionarios cerrando el local una hora después del paso de la dirigente política y la viralidad de la historia ya tienen más de 25.000 seguidores en Instagram. Desde distintas partes de Venezuela le han encargado hacer empanadas para donar a las escuelas y comunidades más pobres de Corozo Pando, una población de poco más de 400 habitantes, a 50 kilómetros de Calabozo, la ciudad más cercana.
“Los funcionarios dijeron que estaban haciendo un operativo en la zona, pero solo entraron a nuestro restaurante y la verdad es la primera vez que veíamos al Seniat por ahí”, cuenta Corina. Las hermanas se atrevieron a grabar el procedimiento y poner en evidencia la treta. “No tenemos que callarnos. No es posible que estemos pasando por esto”. A Pancho Grill los cerraron por 15 días. Pero dicen que ya están preparadas para abrir de nuevo al público y Corina quisiera seguir repartiendo comida a quien lo necesite en Corozo Pando. “A los niños les falta tanto”.
El restaurante lo fundó hace 20 años Francisco Hernández, el único varón de ese quinteto de hermanos. Pollo guisado con arroz y ensalada fue el único plato del menú los primeros años hasta que se convirtieron en lugar de parada obligada de los viajeros que transitan por la carretera nacional, que se detienen por los desayunos criollos con caraotas y huevo frito, el cochino frito y la carne asada. Con los años vivieron lo mismo que el país. Se les dañó el asador y el reverbero donde fríen las empanadas está a media máquina. Los clientes fueron disminuyendo y Francisco emigró a Perú, donde también tiene su venta de empanadas.
La historia de Pancho Grill, María Corina Machado y el Seniat tiene la escaleta de un absurdo. Pero no es la primera vez que ocurre. En los más recientes recorridos han sido multados hoteles donde se ha alojado la aspirante presidencial bajo el mismo procedimiento disfrazado de fiscalización tributaria. Apenas Machado ha hecho el chek out, los funcionarios han ordenado cierres y aplicado multas en hospedajes en Falcón y Zulia. Machado ha denunciado insistentemente que, desde sus tiempos de diputada, hace más de una década, tiene impedido tomar vuelos domésticos. No hay una orden oficial, pero ninguna aerolínea le vende boletos por presiones de las autoridades. Sus actos suelen ser sin tarima, sobre un carro, porque ya han sido apresados proveedores de estos servicios que han intentado contratar con su partido. La misma práctica la aplicó el chavismo cuando Juan Guaidó lideraba a la oposición. La maniobra es conocida, pero ahora se le han resistido Las Hernández.
El chavismo, en su peor momento electoral, ha emprendido un marcaje cuerpo a cuerpo de la campaña de María Corina Machado, que impulsa la candidatura de Edmundo González Urrutia, el nombre que se le ha permitido inscribir para figurar en el tarjetón electoral. Además de la inhabilitación por parte del Supremo, el encarcelamiento y persecución de su equipo cercano, el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, ha seguido la misma ruta de la dirigente y ha organizado actos políticos en favor de Nicolás Maduro de forma simultánea en las ciudades que ella visita. También se ha movilizado aparato estatal para hacer más cuesta arriba el día a día de su adversario con el bloqueo de puentes y vías que han obligado a Machado a cruzar ríos en curiara para ir de un lado a otro o a caminar tramos para llegar a sus mítines.
A la par, Venezuela está a la espera de se concreten las misiones de observación electoral del Centro Carter, Naciones Unidas y la Unión Europea, sobre la que el Gobierno embistió recientemente y anunció que retiraría la invitación. Esto ocurre en el tablero de las negociaciones que intenta sostener algunas de las condiciones del Acuerdo de Barbados y que este fin de mes verá un nuevo movimiento en la palanca de las sanciones, cuando se venza el plazo dado por Estados Unidos para que las empresas extranjeras cierren los negocios petroleros y comience a andar un nuevo escenario de licencias específicas. En el tablero de la calle, se ve lo que la mayoría de las encuestas dicen: más del 80% de los venezolanos quiere un cambio político y pese a las presiones, en los recorridos que continúa la líder opositora camino al 28 de julio, ahora la gente, desafiante, le dice: “Entra en mi negocio, así me lo cierren”.