Por Diego Calle Pérez.
Pareciera que nadie quiere recordar. Todo se vuelve efímero. Nadie hace referencia al pasado. La gente cree que la historia es el pasado y se equivoca de cabo a rabo. La historia es el presente. Con la historia se puede proyectar el futuro. Es fundamental la historia en cualquier momento de la vida cotidiana. El referente histórico es fundamental para comprender muchas situaciones de la técnica, la tecnología y las especializaciones de los aparatos que hoy hacen parte de la vida con más comodidad, más rapidez y más conectividad con el mundo.
Nadie quiere recordar, es necesario volver al pasado y contextualizar personajes, decisiones en su tiempo y lugar. Es fundamental recordar fechas, sitios y hechos que se hicieron célebres en su momento. Inolvidable la elección popular de los alcaldes en marzo de 1988 y posesionados el 1 de junio del mismo año. Tenían 2 años para desarrollar su programa de gobierno, que para ese entonces, no tenían los recursos económicos suficientes para mejorar obras públicas, infraestructuras de placas educativas y menos contar con personal idóneo para estar en la carrera administrativa municipal.
Han pasado 36 años, -en esté recuento histórico-, inolvidable el año 1995 propiamente el 1 de enero donde comienza una nueva era política y social para los alcaldes, pasaron de dos años de mandato a tres años. El presupuesto aumentó, los salarios mejoraron para concejales y la contratación pública se fue descentralizando y el alcalde tenía una chequera un poco más robusta para contratación directa.
Hoy, los alcaldes y concejales se ponen de acuerdo en que invierten los presupuestos municipales, el concejo tiene presupuesto, el personero tiene presupuesto y el alcalde es el ordenador del gasto del predial para escribirlo en estilo coloquial. Hoy, los alcaldes publican sus gestiones en facebook, instagram y whasApp, están más pendientes de lo que dicen que de sus propias gestiones, no terminan bien los periodos, por estar pensando en las elecciones del que llega a heredar y lo más patético es que dejan deudas mayores al presupuesto municipal. Algunos alcaldes hacen lo posible por tapar los errores del que se fue y otros hacen campaña para que vuelva el que habían relevado. Así, sin memoria histórica.