El lenguaje en el tiempo
Por Fernando Ávila/EL TIEMPO
Pedófilo / pederasta
El pedófilo es el ‘adulto que siente atracción sexual por niños’, según el DLE, distinto del pederasta, ‘que abusa sexualmente de un niño’. El primero puede ser un simple voyerista, mientras que el segundo suele ser un peligroso delincuente.
Bufet / bufete
Bufet es ‘comida por autoservicio’, mientras que bufete es ‘oficina de abogados’. Existe la costumbre bastante arraigada de llamar a la oficina de abogados bufet, porque, aunque se escriba bien, “bufete”, generalmente se omite la pronunciación de la última e, y suena /bufét/. Convendría ir corrigiendo esta mala costumbre del lenguaje oral.
Poetisa / poetiza
Poetisa (y no poetiza, como se vio en un báner de TV durante la FilBo) es el femenino de poeta. Hoy las mujeres que escriben poesía prefieren que se les diga poetas y no poetisas. En Roldanillo, Valle del Cauca, tiene lugar cada año el Encuentro de las Poetas. En todo caso, si alguien quiere usar el término poetisa, debe recordar que se escribe con s y no con z. ¡Pero el computador no corrige poetiza! ¡Claro! No lo hace, porque poetiza es inflexión del verbo poetizar, ‘embellecer algo dándole carácter poético’ o simplemente ‘hacer poesía’. Idealizar y sublimar aparecen como sinónimos de poetizar, “García Márquez solía poetizar sus narraciones”, “si se poetiza en exceso se puede llegar al neobarroquismo propio de otras épocas”, “esta niña es una poetisa que poetiza todo lo que escribe”.
Báner
El DPD, 2023, registra la forma báner como adaptación del inglés banner, para referirse a los letreros que aparecen en la pantalla de la televisión como título o resumen de la noticia que se está dando.
JÁQUERES
“Seguridad con jáqueres de primera”. El Diccionario de la lengua española, DLE, 23.7, registra el verbo jaquear, del inglés to hack, con el significado de ‘introducirse de forma no autorizada en un sistema informático’, “la policía jaqueó los computadores afectados”, “ellos jaquearon todo el sistema informático de la empresa”. También registra el sustantivo jaqueo, ‘acción y efecto de jaquear’, “Conviene someter a un jaqueo minucioso todo el sistema”.
Todo lo dicho no quita que en el juego del ajedrez haya jaque y jaque mate, lo que también se puede expresar con el verbo jaquear, “siempre que juego con el campeón, me jaquea”, y con el sustantivo jaqueo, “el jaqueo de mi contender se produjo en pocas jugadas”.
El “pirata informático”, en inglés cracker, es el delincuente. Por supuesto, para realizar sus robos de información o introducir virus en el sistema debe ser un buen jáquer, pero el propósito no de arreglar, corregir o prevenir problemas, sino de crearlos, con intención de perjudicar a una empresa o a una comunidad, exige para él otro nombre, hacker (en inglés) o “pirata informático” (en español).
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QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA
por Efraim Osorio López/La Patria
Las innovaciones y los neologismos son aceptables solamente cuando contribuyen al enriquecimiento del idioma, no a su deterioro, como lo hace el ‘lenguaje incluyente’.
El destacado de la sección ‘Primer plano’ de LA PATRIA dice así: “Petro convirtió la tradicional conmemoración en una pugna política. Usufructa.” (2/5/2024). Aludía a las marchas de los trabajadores del 1º. De mayo. “Usufructúa”, castizamente. La conjugación de los verbos en castellano se hace añadiéndole a la raíz del verbo las terminaciones correspondientes de acuerdo con el modo, el tiempo y la persona. La ‘raíz’ se obtiene quitándole al verbo la terminación de cada una de las tres conjugaciones, a saber, ‘ar’ (primera), ‘er’ (segunda) e ‘ir’ (tercera). De ‘usufructuar’, la terminación es ‘-ar’, la raíz, ‘usufructu-’. Elemental. Se conjuga como ‘actuar’. Estos verbos disuelven el diptongo ‘ua’ en el presente de indicativo (‘actúo, actúas, actúa; actúan’); en el presente de subjuntivo (‘actúe, actúes, actúe; actúen) y en el imperativo (actúa, actúe; actúen’). Todas las otras inflexiones conservan el diptongo: ‘actuamos, actuáis; actuemos, actuéis; actuad’, etc. ‘Usufructuar’ viene del sustantivo latino ‘usufructus-us’ (‘ususfructus’ – ‘usus fructus’ – ‘uso del fruto’), compuesto de ‘usus-us’, -‘acción y efecto de usar’, y de ‘fructus-us’, ‘derecho de percibir y utilizar los frutos de una cosa cuya propiedad pertenece a otro’ (Agustín Blánquez Fraile); ‘producto, provecho’. ***
En la siguiente oración el presbítero Efraín Castaño empleó dos términos inadecuados para expresar sus respectivas ideas: “Es evidente que el aspecto laboral merece más eficacia para lograr que el trabajador (…) llegue a vivir más dignamente…” (LA PATRIA, 1/5/2024). Son ellos el verbo ‘merecer’ y el sustantivo ‘eficacia’. Con propiedad, así: “…el aspecto laboral requiere (o exige) más esfuerzo…”. El verbo ‘merecer’ (del bajo latín ‘merescere’, derivado del latín ‘merere’ -‘ganar, obtener, conseguir’), cuando se trata de una cosa, significa “tener cierto grado o estimación”, por ejemplo, ‘esa obra no merece el premio otorgado’ o ‘no merecía el esfuerzo’. El sustantivo ‘eficacia’ (del latín ‘efficacia-æ’ -‘fuerza, poder, actividad’) quiere decir “el hecho de resultar eficaz una cosa”, ‘eficiencia’: indica, por tanto, posterioridad a la acción. Y el sustantivo latino procede del adjetivo ‘efficax-acis’ (‘que obra, que realiza, de acción o ejecución’). Por esto, no me parece de todo en todo acertada la definición que le da El Diccionario a ‘eficacia’: “Capacidad de lograr el efecto que se desea o espera”, pues la ‘capacidad de realizar algo’ supone anterioridad a la acción. ¿Estaré hilando muy delgadito? Es posible. ***
El estomagante lenguaje incluyente es ‘traicionero’. Lo demuestra la siguiente construcción gramatical del autor de Oasis: “Te sientes sol@ por no ser consciente de la amorosa y constante presencia de Dios” (LA PATRIA, 3/5/2024). Pero esta entrega la había comenzado de este modo: “Sé sabio y ama la soledad…”. ¿Por qué no escribió ‘sabi@’? Además, señor, ¿cómo diablos se pronuncia eso? Las innovaciones y los neologismos son aceptables solamente cuando contribuyen al enriquecimiento del idioma, no a su deterioro, como lo hace el detestable ‘lenguaje incluyente’. ***
Los verbos transitivos no rigen la preposición ‘a’ para su complemento directo*. Sobra, entonces, en la siguiente oración del editorial de LA PATRIA del 6 de mayo de 2024, dedicado a la inseguridad en Arauca (Palestina): “…y logren desmontar a los combos que están tejiendo redes de narcotráfico con delincuentes de otros departamentos”. Castizamente, “…y logren desmontar los combos…”. Inclusive el oído aprueba esta construcción. *Excepciones: cuando hay que personificar o determinar. ***
El verbo ‘requerir’ es transitivo, por esto, como lo dije en el párrafo anterior, no pide preposición alguna para su complemento directo. Pero siempre, los que lo utilizan, le acomodan la preposición ‘de’, como en las siguientes muestras: “…reducción del consumo del agua, tema que requiere de la articulación y el compromiso…”; “…otros proyectos estratégicos que requieren de especial atención…”(LA PATRIA, Marco Antonio Londoño Zuluaga, 7/5/2024). “…requieren la articulación…” y “…requieren especial atención…”, así, como él mismo lo hizo en la siguiente frase: “…requerimos menos foros internacionales…”. Cuando el complemento es circunstancial sí rige una preposición, por ejemplo, ‘se requiere de un funcionario público honestidad’.
DESCACHADAS IDIOMÁTICAS
Por Jairo Cala Otero
1.- «El procedimiento se realizó en la vereda Jota del municipio de Landázuri, donde unidades de policía judicialubicaron un arma de fuego revolver calibre 38; 7 cartuchos calibre 38; 3 carabinas calibre 16…». Fragmento de una noticia publicada en el diario Vanguardia (Bucaramanga), sobre el hallazgo de armas y un laboratorio para procesar coca, en Landázuri (Santander). Por copiar el lenguaje de los agentes policiales, algunos periodistas caen en sus mismos errores (que no son pocos). Es innecesario redundar en términos que significan lo mismo, como en el caso de «un arma de fuego revólver»; por lo demás, el nombre del arma quedó mal escrito porque no es revolver, sino revólver. Revolver es un verbo con el que se dice que algo se mueve de un lado a otro. Los calibres de las armas se miden en milímetros, que en la nota no se mencionaron. Mejor dicho: quedó revuelta la semántica aquí. Además, Policía Judicial debe escribirse con iniciales mayúsculas. Corrección: «(…) unidades de Policía Judicial encontraron un revólver, calibre 38 mm; 7 cartuchos, calibre 38 mm; 3 carabinas, calibre 16 mm».
2.- «A Jesús Javier Chávez Yondapiz le llamó la atención las parábolas con las que aquellos curas explicaban el mundo». También llama la atención la forma errónea como escribieron en la página virtual Kienyke acerca de un encuentro de indígenas con el presidente de la República. El asunto está en que no le queda claro al redactor la concordancia de número gramatical. Por eso escribió «le llamó la atención las parábolas», en lugar de «le llamaron la atención las parábolas». El verbo debe concordar con el sustantivo, que en este caso está en plural (parábolas). Así: «A Jesús Javier Chávez Yondapiz le llamaron la atención las parábolas con las que aquellos curas explicaban el mundo».
3.- «Hasta $70 millones pagará el Gobierno por chatarrización de camiones». Si existiesen sanciones, ¿cuánto pagarían de multa los malos redactores por cada atentado que cometen contra el idioma? Como este de La Tarde, de Barrancabermeja, en el que se incluyó la palabreja «chatarrización», que no es castiza en español. En cambio, pudieron usar chatarreo, que sí lo es. Chatarrear es el verbo indicado, significa reducir algo a chatarra; y esta, a su vez, es el ‘conjunto de trozos de metal viejo o de desecho, especialmente el hierro’. Muchos redactores de noticias siguen, pues, ¡«chatarreando» su propio idioma por no conocerlo de cerca! Corrección: «Hasta $70 millones pagará el Gobierno por chatarrear camiones». Otro título posible: «Hasta $70 millones pagará el Gobierno por chatarreo de camiones».
4.- «Tus ideas y Telebucaramanga te llevan con todos los gastos pagos al Campus Party». Un volante propagandístico, anexado a la factura de cobro del servicio telefónico y de Internet de Telebucaramanga, incluía esta descachada gramatical. Pagos son los que se hacen, precisamente, a esa empresa de telecomunicaciones. Si a alguien lo premian con un viaje o un paseo, los gastos deberán ser pagados por la empresa, no por el cliente favorecido. Aunque pago es el participio irregular del verbo pagar, lo recomendable es usar el participio regular: pagado; es mejor que la palabra pago, que en esa propaganda queda como «burro enflorado».
5.- «(…) sí sabía que su campaña era financiada por las Auc». La afirmación corresponde a un titular del periódico Vanguardia, en donde, como en otros periódicos nacionales, son obstinados en no aceptar la norma ortográfica de cómo se escriben las siglas (sean de quienes fuesen). Las Autodefensas Unidas de Colombia, conocida banda de criminales en Colombia, también tiene su propia sigla: AUC. Se escribe en mayúsculas sostenidas porque sus componentes no sobrepasan las cuatro (4) letras, así lo indica la norma ortográfica. Los periodistas noveles se empeñan en ser necios con su tesis de que las siglas se escriben en mayúsculas si tienen hasta tres letras; suponiendo que esa fuese la norma, en este titular se pecó contra ella porque AUC tiene tres consonantes, pero la escribieron en inicial mayúscula y las dos letras restantes en minúsculas. ¡«No hay más ciego que quien no quiere ver»! Corrección: «(…) sí sabía que su campaña era financiada por las AUC».
6.- «Se cumplió honras fúnebres de joven accidentado en San Vicente». Parece que en el noticiario TRO Noticias, del canal regional TRO, alguien se «esfuerza» también por enterrar la correcta forma de escribir. En este titular faltó la concordancia de número gramatical: el pasado del verbo cumplir (cumplió) debe concordar con la locución «honras fúnebres» en número plural. Hay, por lo tanto, algo así como una «catalepsia» del idioma porque la oración queda ‘muerta’. Corrección: «Se cumplieron horas fúnebres de joven accidentado en San Vicente». Así, resucita el español correcto.
7.- «Vuelvo y repito, actuarán con todo». Cuando se hablaba de la presencia de los jefes de las FARC en Venezuela, durante el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, él soltó esta perla en Noticias Caracol. La falta de asesores en lengua castellana en la Casa de Nariño salta a la vista, es un mal viejo. En la expresión del entonces jefe de Estado colombiano son notorios dos errores: uno, volver a repetir significa decir o hacer cuatro veces un mismo asunto (volver, dos veces; repetir, dos veces). Santos apenas lo decía por segunda vez. Enfatizó, además, en que, si los guerrilleros se resistían, las autoridades venezolanas actuarían «con todo» (¿?). Nunca explicó qué era el ‘todo’. La oración que debió decir era: «Vuelvo a decir, actuarán con energía»; o «Repito: procederán con rigor».
8.- «Murieron cuatro líderes indígenas en aparatoso accidente en Cauca». Título en el periódico El Tiempo. Ningún accidente es aparatoso, eso significaría que sucedió con previa algarabía, pompa u ostentación. Eso es tener aparato un asunto. No es, como erróneamente se cree, tener espectaculares características. Título correcto: «Murieron cuatro líderes indígenas en accidente en Cauca».
9.- «La diva Amparo Grisales contra ataca al Superintendente (…) en defensa de su eterna juventud». La página virtual Kienyke se despachó con la división del vocablo contrataca (castizo en el diccionario de la RAE); también se escribió el sustantivo superintendente con mayúscula inicial. Muchos periodistas tienen dificultad para aprender a escribir bien los nombres de los cargos, que, como lo indica la normativa ortográfica, han de estar en minúsculas. Por eso, superintendente; no Superintendente. Como también el sustantivo presidente, no Presidente; papa, no Papa; ministro, no Ministro, etcétera. Corrección: «La diva Amparo Grisales contrataca al superintendente (…) en defensa de su eterna juventud».
10.- «Capacitarán más agentes bilingües para call center». Una noticia firmada por Carolina Tabares Espinosa en el periódico La Tarde insertaba este titular. Primero, si los agentes ya hablan dos idiomas para qué los van a capacitar en lo que ya saben; eso dice la frase «agentes bilingües». Segundo, es necedad e inutilidad acudir a anglicismos (voces del inglés) cuando en español tenemos inmensa riqueza léxica. En vez de ese innecesario «call center», la redactora pudo usar la expresión «centro telefónico», que es su equivalente en nuestro idioma. ¡Y después echan madres contra los gringos! Si tanto los odian, ¿por qué copian y usan fragmentos de su idioma? Corrección: «Capacitarán más agentes en bilingüismo para centro telefónico».
11.- «Hace más de tres meses no caía una gota de agua». Del diario Vanguardia en alusión a un fuerte aguacero, con granizo, desatado sobre el municipio de Páramo (Santander). Hay una combinación errónea de los tiempos verbales: primero en presente (hace) y después en pasado (caía). Eso hace agramatical la oración. Corrección: «Hacía más de tres meses no caía una gota de agua».
12.- «’Las comisarías de familia tienen que estar funcionando’: viceministra de Justicia». El error del periódico El Espectador de escribir Comisarías de Familia con minúsculas iniciales se reiteró en el texto. Las razones sociales de las instituciones y empresas se escriben siempre con iniciales mayúsculas. Empero, en el diario de los señores Cano ignoran esa elemental norma, por eso escribieron en este título «comisarías de familia». ¿Escribirán Comisaria de Familia? ¡Es lo más seguro en este mundo al revés! Corrección: «’Las Comisarías de Familia tienen que estar funcionando’: viceministra de Justicia». ¡Las normas ortográficas también deberían funcionar en los medios periodísticos!
13.- «Hágame un resumen cortico de cuáles son las normas dictadas en desarrollo de ese decreto de emergencia económica». La periodista María Isabel Rueda, en una entrevista con la secretaria jurídica de la Presidencia, publicada en El Tiempo, se descachó con un pleonasmo inútil: resumen cortico. ¿Cuáles serán los resúmenes largos? La palabra resumen deviene de resumir, y resumir significa «reducir a términos breves y precisos un asunto». Además, sobraba anotar «cuáles son las normas». Era suficiente: «Hágame un resumen de las normas dictadas en desarrollo de ese decreto de emergencia económica».
14.- «El comandante de la Policía en Putumayo, el coronel Francisco Gélvez Alemán, dijo a EL TIEMPO…». El artículo determinante (el) quedó repetido en esta expresión. Sólo era necesario escribirlo una vez. En el cuerpo de la misma información decía: «El director de la Policía Nacional, el general Óscar Atehortúa en su cuenta de Twitter resaltó…». El problema del redactor es la repetición inútil e innecesaria del artículo determinante (el). Correcciones: 1.- «El comandante de la Policía en Putumayo, coronel Francisco Gélvez Alemán…». 2.- «El director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa, en su cuenta de Twitter, resaltó…».
EL SONETO DE POMPILIO IRIARTE
Hace un par de días tres exalumnos del taller de letras y yo discutíamos por internet sobre un tema que nos llama la atención: la relación entre poema amoroso y mal gusto, entre poesía y cursilería. Nos reímos a mandíbula batiente de los Veinte poemas de amor de Neruda y de esa berreadera insoportable de su poema “Farewell”: “(…) Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos / un recodo en la ruta donde el amor pasó. / Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame, / del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo. (…)”.
Estuvimos de acuerdo en que con gran frecuencia los poemas amorosos parecen o son cursis y ridículos por la sencilla razón de que difícilmente sentimos como propia la pasión ajena (Kundera. La inmortalidad).
Para no dejar el tema en punta, nos propusimos escribir poemas amorosos e intercambiarlos procurando “hacer el oso” de la manera más discreta posible (“Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”, dice Michel de Montaigne).
Mientras me llegan los aportes de mis exalumnos, les comparto enseguida mi tarea con la aclaración de que el profe que escribe cumplirá dentro de poco 79 años y ellos aún son unos mozalbetes de no más de 20 años a quienes no les queda tan mal hacer el ridículo. Evidentemente tienen a su favor el ventarrón de la juventud y el alboroto de las hormonas.
Juzguen pues.
Lo que siempre será por este día
Para llegar a ti no hay más camino
que la necesidad de no alcanzarte.
Viajero soy que va a ninguna parte,
no hay tal lugar, no hay cielo ni destino.
Quien algo alcanza, de esperar desiste,
y más, si por privarse desespera
de ganar el cariño que quisiera…
Nadie va a Alejandría si no existe.
Ama el que hace perpetua la esperanza
de no lograr lo que el amor daría
en un viaje de amores sin regreso.
Por este instante cambio la añoranza,
lo que siempre será por este día,
la eternidad te cambio por un beso.
Pompilio.