Otraparte. Nietoterapia sin sol

Autorretrato de mi nieta Sofia Mo, paseando a Baloo por las calles de su barrio.

Por Óscar Domínguez G.

Hace unas décadas, cuando los altos heliotropos de la política criolla armaban algún tierrero es porque ya  tenían lista la fuga en avión rumbo a  Miami. Hoy esa ciudad está al alcance de cualquier salario. Eso sí, toca viajar apretaítos, arriando first class, y con sola una o dos muditas de ropa.

El mayor barrio latino de Estados Unidos fue  mi primer destino como reportero. Hace ¡47 años! hicimos escala en el aeropuerto de Fort Lauderdale antes de seguir a Washington a cubrir la firma del tratado Torrijos-Carter. 

Miami es una OEA  de voces latinas. Para sentirse en casa, los forasteros se hacen oir. No les incomoda compartir sus conversaciones callejeras por celular. Desfilan hermanos venecos, guatemaltecos, puertorriqueños, colombianos,  salvadoreños… Los cubanos convierten en atracción turística su jerga caribe. Son los dueños del patio. Juegan de locales.

Los abogados son otra atracción turística en Miami. Se promocionan por todas partes como si fueran prendas de vestir. También allí sonríen cuando aparecen en público con sus encopetados clientes. ¿De qué sonríen los abogados? 

Atracción turística gratuita es la doble moral. Pasamos por la prisión donde vivió Alex Saab en el centro de Miami. Estados Unidos vendió su alma al gato por capturarlo pero se lo devolvió a Maduro por unos votos más. Ahora Maduro está listo a poner conejo electoral, pero la candidata María Corina Machado anuncia que mantendrá su aspiración.

Aunque le duela a la cobarde envidia, como dice Regina Once,  estuvimos  en  Miami en temporada de ennietecimiento lícito. Otra industria sin chimeneas que  consiste en ver, oír, oler, gustar y palpar a los nietos. Esta vez los trajes de baño regresaron a casa sin una gota de mar en su hoja debida. El sol nos negrió. En mi caso, siempre he dicho que el mar me lo pueden dar en plata.

En vísperas del regreso a casa fuimos protagonistas de un sueño de Ilona, la nieta de 9 años, mi profesora de inglés. Su mami nos tradujo el sueño: “Fui al parque y mis abuelos no estaban ahí. Luego vi dos pájaros que se veían como ellos. Después les dije: ¿ustedes se comieron a mis abuelos? Ellos dijeron que no, que ellos eran mis abuelos y que un pájaro malo los había convertido en pájaros. Yo me fui a buscar al pájaro para que los convirtiera en humanos. Lo encontré y dijo que no y me convirtió en un pájaro también”.

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