Bucaramanga – 08 ENE 2024 – 23:30 COT
El pastor cristiano Jaime Beltrán inició la implementación del plan candado, su propuesta para combatir la inseguridad en Bucaramanga. En la misma semana de su posesión, el nuevo alcalde anunció la expedición de un decreto que restringe el consumo de psicoactivos en un perímetro de 60 metros de parques, centros educativos y zonas históricas. Rodeado por miembros de la Policía Nacional y acompañado por música y alabanzas religiosas, según registraron algunos medios, prometió “devolver” estos espacios a los niños y familias de la ciudad. No obstante, la medida no es novedosa. Otro decreto proferido hace más de tres años, casi idéntico en su contenido, contempló esta prohibición.
Beltrán, declarado admirador de Nayib Bukele, eligió un punto emblemático de Bucaramanga para dar a conocer la iniciativa: el parque San Pío. Ubicado en el barrio Cabecera, uno de los más privilegiados de la capital santandereana, San Pío es un pulmón verde que sirve de encuentro para miles de personas que diariamente comparten con amigos, practican deportes y asisten a oficios religiosos. La cantidad de visitantes incrementa especialmente los fines de semana debido a los restaurantes situados en las calles colindantes y la confluida parroquia San Pío X, que se alza sobre su extremo oriental.
En más de una ocasión, a lo largo de la campaña a la Alcaldía, Beltrán declaró que esta y otras zonas se habían convertido en “marihuanódromos”. “Usted llega a sitios como el parque San Pío y encuentra a más consumidores que niños jugando en el parque”, afirmó en octubre durante una entrevista a Semana. En su cuenta de X, el pasado 5 de enero, el pastor señaló que el lugar “estaba invadido de expendedores y consumidores de droga a la vista de niños y familias” y sugirió que esa fue su motivación para firmar el decreto que prohíbe el consumo de droga en la periferia de parques. Paradójicamente, la decisión de Beltrán es una réplica de una serie de disposiciones tomadas por la Administración de su antecesor, el exalcalde Juan Carlos Cárdenas.
Corría noviembre de 2020 y el abogado José David Cavanzo fungía como secretario del Interior de Bucaramanga. Ante un corto viaje de Cárdenas, le correspondió al entonces secretario ser el alcalde encargado durante cuatro días, tiempo en el que profirió el decreto 403 de 2020, el cual estableció una restricción de “consumo, porte, distribución, facilitación, ofrecimiento o comercialización de sustancias psicoactivas (…) en áreas del espacio público o lugares abiertos”. La resolución también facultaba a la Policía para imponer multas, lo que posibilitó que entre 2021 y el primer semestre de 2023 se registraran 7.709 comparendos a quienes infringieron dicho mandato.
“Revise y se va a dar cuenta de que ambos decretos [el de 2020 y el recientemente expedido por Beltrán] incluyen casi lo mismo, salvo contadas modificaciones”, advierte Cavanzo. El principal cambio al que se refiere es la potestad de que los policías puedan imponer multas, que fue derogada el pasado diciembre por el Gobierno Nacional. Néstor Osuna, actual ministro de Justicia, ajustó las leyes a los fallos de la Corte Constitucional, que en reiteradas sentencias concluyó que el porte y consumo de drogas “no se puede sancionar administrativamente”. El episodio despertó una ola de indignación entre sectores conservadores, aunque Osuna lo único que hizo fue acatar una orden judicial.
Justamente así lo reconoce Beltrán en su decreto, admitiendo textualmente que el decreto de 2020 “debe derogarse toda vez que, no atiende la jurisprudencia reciente de la Corte Constitucional y el marco jurídico reglamentario fijado por el Gobierno Nacional”. Es decir, el decreto del pastor trae un ajuste y no una innovación si se le compara con el de Cárdenas. Ahora la Policía no puede multar y debe limitarse a ordenar a los consumidores y portadores que se retiren del perímetro de parques y centros educativos educativos. ”El nuevo alcalde quiere hacer un ejercicio de autoridad y acaparar las noticias, pero no está haciendo nada nuevo”, agrega el exsecretario Cavanzo, quien será concejal del derechista Cambio Radical por los próximos cuatro años.
El cuatrienio acaba de comenzar, pero desde temprano se evidencia el sello de Beltrán, especialmente en la forma de comunicar sus acciones. Tomó una medida de su antecesor, la adaptó a su discurso de seguridad y la volvió en su primera gran decisión en el Gobierno Local.