Las muertes prematuras de personas mayores, relacionadas con la exposición al aire contaminado con partículas de carbón, han bajado de 55.000 en 1.999, a 1.600 en el 2020, segun una investigación de la que hizo parte el profesor de la Universidad George Mason, Lucas Henneman.
Para el efecto, midieron las emisiones de dióxido de azufre, – una de las más peligrosas que genera la quema de carbón-, correspondientes a 480 plantas de generación eléctrica, en todo el país. Durante dicho periodo, una buena parte de las mismas se cerraron, y otras – presionadas por las regulaciones- colocaron filtros para reducir la contaminación.
La participación de las térmicas en la generación de energía eléctrica, pasó de un 56% a un 27 %, en el periodo mencionado. La utilización de carbón, cayó prácticamente a la mitad, de alrededor de 1.000 millones de toneladas, a 470 millones de toneladas, según la Agencia de Información de Energía (EIA), de Estados Unidos. A lo largo de la última década fueron clausuradas un total de 312 plantas.
Los Estados más afectados y con mayor cantidad de muertes prematuras – entre una población adulta de 65 millones de personas, mayor de 65 años, – son Pensilvania, New York y New Jersey, no necesariamente porque tengan más plantas, sino porque el viento les lleva la contaminación, explicó Henneman. Las partículas (PM2,5), estan altamente relacionadas con enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer y demencia, se anotó.
Calcularon que a lo largo del periodo analizado, se perdieron alrededor de medio millón de vidas, de manera prematura, como consecuencia de respirar aire contaminado, se reveló.
Fuente: Universidad George Mason