Daniel Coronell
Carlos Gustavo Palacino Antía, el corrupto expresidente de Saludcoop, fue condenado esta semana, en segunda instancia, por peculado por apropiación a favor de terceros. De nada le valió su intensa campaña para intentar reescribir la historia, ni adelantar una frenética gira para presentarse como víctima, ni poner a la asociación de cooperativas a repartir el folleto que reproduce sus alegatos. El Tribunal Superior de Bogotá, con ponencia del magistrado Mario Cortés Mahecha, lo condenó a nueve años de prisión e inhabilitación de funciones públicas por el mismo tiempo y a pagarle al sistema de salud 112.000 millones de pesos.
Se suma la ejemplar condena a las decisiones de la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía, que han encontrado responsable a Palacino disciplinaria, fiscal y penalmente.
Algunas conductas del pretendido mártir jamás han sido evaluadas por la justicia. Por ejemplo el nepotismo, que fue norma en la contratación de Saludcoop, la mayor EPS de la historia y una cooperativa que en la práctica tenía dueño. Un hermano de Palacino llamado Gabriel Enrique Palacino Antía y quien empezó su vida laboral como enfermero, era el director de auditoría de Audioeps S.A, uno de los brazos del pulpo.
Otro de sus hermanos, Edgar Palacino Antía, ingeniero de sistemas, manejaba la empresa HeOn Health online S.A, que operaba los pagos a los proveedores. Su sobrina Laura Ospina Palacino era gerente y socia de Contact Service, compañía que efectuaba contrataciones millonarias con Saludcoop para manejar el call center, el mercadeo y el servicio al cliente.
Esa sobrina también era suplente en la junta directiva de Epsifarma, la empresa que le vendía los medicamentos a Saludcoop y le compró a su tío Carlos Palacino uno de los dos lujosos BMW 740i, serie especial, que tanto disfrutaba el apóstol de la salud.
Incluso cuando ya Saludcoop estaba bajo intervención estatal, los familiares seguían apareciendo en los pagos. Una información de Noticias RCN de marzo de 2014 registra “Una de las pruebas que hacen pensar a la Contraloría y a la Fiscalía que Carlos Gustavo Palacino sigue teniendo poder en Saludcoop es un recibo por 200 millones de pesos de noviembre de 2013, que correspondería a los pagos mensuales que recibe Laura Ospina Palacino, quien es sobrina del dueño de Saludcoop”.
Gabriel Enrique Palacino Antía, el hermano enfermero y auditor, también reapareció después de la liquidación como comprador potencial de algunas de las clínicas del grupo. El diario El Tiempo reveló que “en correos hallados por las autoridades, se relacionaba el plan para la venta de dos millonarias clínicas, una en Medellín y la otra en Barranquilla. Los compradores serían -según los correos- directivos de Saludcoop, integrantes del nuevo sindicato y Gabriel Enrique Palacino Antía, hermano del presidente de la EPS”.
Probablemente esto quede en la impunidad pero el Tribunal Superior de Bogotá dio un paso hacia la justicia al ratificar la responsabilidad criminal de Palacino. Por su decisión, los magistrados tendrán que soportar insultos parecidos a los que ha sufrido el juez de primera instancia.
Ahora el caso se irá a casación, vendrá otra ofensiva mediática, quizás otro libro, Palacino seguirá jugando golf y tenis en su mansión de La Calera, pero para muchos es claro lo que la Sala Penal dejó escrito: “Lo ilustrado basta para concluir, sin asomo de duda, que Carlos Gustavo Palacino Antía se aprovechó de la figura societaria y, en su rol de administrador, manipuló los estados financieros con el propósito de implementar un plan de negocios claramente dirigido a apropiarse, a favor de la empresa, de los recursos de naturaleza pública, en perjuicio no solo del erario sino de la salud de los millones de afiliados que llegó a tener Saludcoop”.
