Por Jorge Giraldo Acevedo
En forma afortunada la mayoría de comentaristas, informes en general y en encuestas, se han enumerado los inconvenientes a la idea del presidente Gustavo Petro sobre el pago del servicio de transporte a través de la factura mensual por el consumo de la energía.
La verdad es que si la Policía y mucho menos la vigilancia del servicio de TransMilenio han podido evitar las acciones de los colados; entonces mucho menos lo podrán hacer con la cantidad de personas que lo utilizarán en forma gratuita para delinquir. De progresar esta idea en Bogotá y en otras ciudades del país éste servicio masivo del transporte empeoraría debido a que los beneficiados serían las miles de personas acostumbradas a colarse; también , los vendedores ambulantes, limosneros, cantantes populares y los delincuentes y degenerados sexuales que utilizarían el servicio para ejecutar sus fechorías.
La idea del presidente no es posible además por ser una carga económica mensual que aumentaría los gastos de las familias y personas que tienen inmuebles en las principales ciudades del país y en la capital.
En Bogotá son muchas las personas e incluso familias que no utilizan el servicio de TransMilenio por la inseguridad que se presenta en este medio y en el marco de una situación jurídica y legal, nadie debe o tiene que pagar por un servicio que no utiliza o que usa muy de vez en cuando..
El problema de los colados se solucionaría con un refuerzo sistemático de los principios básicos de la educación ciudadana y la actuación oportuna de las autoridades; aunque la capital colombiana sigue siendo la ciudad de las oportunidades, sus problemas la convierten en tormentosa e increíblemente, el conflicto del transporte público está peor que hace 23 años cuando comenzó a operar el TransMilenio.