Los zurdos también son gente

Cuando mi nieta Ilona de 8 años, vio la foto de mi abuelo Carlos Domínguez dijo, señalándolo: ¡Abu, Chaplin!

Por Óscar Domínguez G.

Desde el octavo día de la creación por la mañana, los zurdos fueron discriminados a diestra y siniestra. Algo ab-surdo. Pero los muy igualados ya nos hablan de tú a tú a los diestros o derechos que vemos peligrar nuestro reinado de peluche. 

Hasta dónde habrá llegado la rebelión que tienen su propio día del orgullo zurdo: el 13 de agosto, día de los santos Ponciano e Hipólito de cuya zurdidad no se tienen datos.

Han aprovechado la coyuntura para proclamar que zurdos iluminados fueron también Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Picasso, Rafael, Chaplin, Greta Garbo, Marcel Marceau, Marilyn Monroe, Tom Cruise… 

Pertenecen a esa cofradía los ex presidentes norteamericanos George Bush y Bill Clinton. Fidel Castro nació zurdo para no dejar la política en manos de la derecha. El presidente Chávez, de Venezuela, no se le quiso quedar atrás a su tutor ideológico y era orgullosamente bolivariano y zurdo. ¿Y el gringo que tiene tremendo tumbao (el expresidente Obama)? Pues es zurdo. Juan Manual Santos, Juanpa, pertenecer a esa logia. Decía que los zurdos, además, son tartamudos. En su caso particular es cierto. El actual presidente Petro, no es zurdo, pero es de izquierda.

Hay un reducido grupo de ambidiestros que se lucen con ambas manos. Incluyo a mi fallecida madre, doña Geno, y a mi hermana Amparo.

La publicación “Diario libre” nos recuerda: “La conmemoración surgió el 13 de agosto de 1976, por iniciativa de Dean RR. Campbell, fundador de Internacional de Zurdos, quien tomó el número por su mala fama rodeada de supersticiones. Aunque la conmemoración surgió en Londres, Inglaterra, se ha extendido por todo el mundo y actualmente personas zurdas de todas partes celebran su día”.

Hasta hace poco, relativamente, los miembros de la cofradía de mano rebelde (izquierda) formaban parte del paisaje porque causaban estupor, risa, ira, burlas, asombro en los tendidos de la pasarela

Las mamás sufrían con un hijo zurdo que era discriminado a morir. Preferían que su vástago fuera comunista, poeta, presidente, periodista, bailarín de ballet, inspector de zócalos. Zurdo no.

Para complicar las cosas, Jesús, el Galileo, ordenó obrar de tal manera que la mano derecha ignorara lo que hace la izquierda, como si no estuvieran tan cerca una de otra. ¿Por qué no al contrario, que la mano izquierda lo ignorara todo sobre las trapisondas de la derecha? 

Estas circunstancias me llevan a pensar que Jesucristo era zurdo. Aunque no hay absoluta certeza, porque la única vez que escribió lo hizo en el suelo, en el episodio de la mujer adúltera. Borges anota que nunca se supo qué escribió ese día … ni con cuál mano lo hizo. (Sin confirmar sí lo digo. Escribió: “Estos tipo tienen de lo que sabemos si creen que voy a proceder contra este churro”).

Los carpinteros – ni siquiera San José, padre de Jesús-, jamás se habían preocupado por fabricar pupitres para estudiantes zurdos. Por los siglos de los siglos (sin el amén), los pobres (¿¡) zurdos habían tenido que hacer toda clase de malabares para escribir, tirándose la columna vertebral. 

Pero los tiempos siguen cambiando. Las multinacionales de la zurdería que proliferan hoy, se han dedicado a vender de todo para zurdos, a semejanza de las tiendas para gordos, flacos, misóginos, mujeres embarazadas, sujetos con pies planos o vendedores de algodón en los parques. Internet está llena de sitios que se ocupan de ellos. Ya hay cámaras fotográficas con el obturador a su siniestra medida. 

Hay inodoros con manija a la izquierda para que estos especímenes vacíen sus etcéteras fisiológicos sin tener que volverse un ocho.

Los especímenes que usamos la derecha hablamos de la diestra y de la “siniestra”, palabreja ésta que, como la “izquierda”, en su acepción política, tiene una connotación perversa. También la derecha provoca reservas cuando a los gobiernos de esta tendencia se les va la mano en gallina represiva.

Los entrenadores de fútbol buscan zurdos diestros en el arte de convertir el sector izquierdo de la cancha en su hábitat generador de goles. Un zurdo inmortal mientras estuvo vivo fue el argentino Maradona. Nadie se explica por qué en un mundial a Dieguito le dio por meter un gol con la mano derecha (de Dios, dijo la crónica deportiva), teniendo el pie izquierdo relativamente cerca. 

Rectificó y el segundo gol, en el mismo partido contra Inglaterra, lo hizo con su apéndice izquierdo.

Su paisano y pupilo, Leonel Messi, estrella del PSG francés donde vive su espléndido ocaso, convirtió su pierna equivocada en una multinacional del espectáculo, una CNN del gol. 

Uno de los primeros grandes en patear con la izquierda fue el fallecido brasileño Mané Garrincha quien nos dejó esta enseñanza: “Yo vivo mi vida, la vida no me vive a mí”.

De los zurdos dice ahora la ciencia que son más sensibles, están mejor dotados para la poesía, son creativos, buenos amantes, más fieles que el perrito de la Víctor, detallistas a morir pero, eso sí, duran 10 años menos que sus congéneres diestros. Algo nos dejaron.

Los optimistas empedernidos pensamos que los mejores días de zurdos y derechos están por venir. Eso sucederá cuando seamos ambidextros y utilicemos ambos hemisferios… para hacer el amor, no la guerra. 

Felizmente, cada vez más los derechos somos menos lobos para los zurdos. Y viceversa. Eso sí, para no perder la costumbre, todos somos lobos para todos. 

La poeta argentina María Elena Walsh escribió que la letra eñe también es gente. Lo mismo podemos decir de los hermanos zurdos, así se empeñen en hacernos el cajón. (Lineas pasadas por el departamento de latonería y pintura. Se publicaron originalmente en El Colombiano).

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