Los Danieles. Lo que calla Donadío

Daniel Coronel

Daniel Coronell

Alberto Donadío se ha ganado un merecido prestigio como periodista de investigación. Algunos de sus trabajos son referentes para el oficio. Sin embargo, está equivocado en su última e incesante campaña para convertir en mártir a Carlos Palacino, el antiguo presidente de Saludcoop, quien con sus conductas causó la intervención y el colapso de la que fuera la EPS más grande del país. Tratando de lavarle la cara al corrupto Palacino y de influir decisiones judiciales que están a punto de tomarse, Donadío ha intentado descalificar años de investigaciones de la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría; y también ha callado el hecho demostrable de que un cuñado suyo es un magnate de la salud cuyos intereses se han cruzado con los de Saludcoop.

En un libro titulado Palacino es inocente, Donadío pretende presentar como investigación suya lo que es apenas un resumen de la fallida defensa judicial de Carlos Palacino. Con más copy and paste que reportería, Donadío quiere remplazar con trucos tipográficos los argumentos. Transcribe en mayúsculas sostenidas el párrafo de un peritazgo de la Supersalud favorable a Palacino, pero no menciona una frase –aunque fuera en minúsculas– sobre lo que dicen dos dictámenes periciales de la Fiscalía que le son contrarios y por los cuales fue condenado.

Para tratar de tirarse al juez que, en una sentencia de 318 páginas, condenó a Palacino en primera instancia a diez años de prisión por el delito de peculado por apropiación a favor de terceros, Donadío extrae una frase de la decisión: “Su salario mensual era el más alto de cualquier ejecutivo de una empresa multinacional”, en consecuencia, tacha al juez de ignorante porque el presidente de una empresa multinacional de Estados Unidos gana más. 

Desde luego, es cierto que recibe mayor salario el presidente de Microsoft o el de Google pero Saludcoop no tuvo un tamaño comparable y no es difícil concluir, por el contexto, que el juez se refería a ejecutivos de multinacionales en Colombia. 

Como sea, el diario El Tiempo publicó en su momento los fabulosos ingresos de Palacino y su círculo. El artículo está titulado “En 5 años, Carlos Palacino recibió 13 mil millones de pesos”.

De manera arrogante, el señor Donadío pretende que su llamada investigación anula:

1.    La resolución de la Superintendencia Nacional de Salud de 2010 que determinó que Saludcoop debía restituir 627.000 millones de pesos porque “los recursos que se le giraron a la EPS, para atender la prestación del servicio de salud, fueron utilizados en la adquisición de activos e infraestructura y otras operaciones diferentes a la prestación del servicio de salud”.

2.     La sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que ratificó que Saludcoop se apropió de dineros de la salud: “Quedó suficientemente acreditado que eso fue lo que ocurrió con Saludcoop, esto es, que utilizó dineros parafiscales, provenientes de la UPC, para realizar inversiones, circunstancia que justifica suficientemente la medida adoptada”.

3.    El fallo de segunda instancia del Consejo de Estado que reiteró la validez de la decisión: “Saludcoop no demostró haber realizado con recursos propios las inversiones en infraestructura, sociedades nacionales y extranjeras, construcción de clínicas, dotación hospitalaria y otros, razón por la cual se considera que la EPS destinó recursos parafiscales para fines diferentes de los consagrados en la Carta Política”.

4.    La acusación a Palacino por la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía que públicamente señaló: “La contundencia del material probatorio recaudado por la Fiscalía General de la Nación, permitió que un juez de Bogotá condenara a 10 años de prisión al Señor Carlos Augusto Palacino Antía por incurrir en irregularidades y malos manejos administrativos mientras se desempeñó como presidente ejecutivo de la EPS Saludcoop”.

5.    La sentencia del juez 49 penal del circuito de Bogotá, Juan Pablo Lozano, quien después de un extendido análisis concluyó: “se condenará al señor CARLOS GUSTAVO PALACINO ANTÍA, por concepto de perjuicios materiales en favor del Sistema General de Seguridad Social en Salud –ADRES- (antes Fondo de Solidaridad y Garantía FOSYGA) por el uso de recursos parafiscales en inversiones no permitidas entre los años 2000 a 2004”.

6.     La decisión de la Procuraduría General de la Nación que lo condenó en dos instancias a 18 años de inhabilidad al determinar que Palacino “actuó con dolo (…) con conocimiento y voluntad para recobrar del Fosyga altos volúmenes de facturas que aún no había pagado a los proveedores”.

7.    La condena de la Contraloría General de la República, que determinó que Carlos Palacino debe pagar 1.4 billones de pesos por haber desviado recursos públicos con “fines distintos a los permitidos en la Constitución y en la Ley, en beneficio de Saludcoop EPS OC, de entidades del Grupo Empresarial, de la cual ese ente cooperativo era la matriz controlante, y en beneficio de terceros”.

El señor Donadío, en su pequeño libro que complementa con anécdotas para llegar a las 160 páginas, descalifica años de investigaciones penales, fiscales y disciplinarias para concluir –modestia aparte– que él es Émile Zola y su multimillonario defendido es Alfred Dreyfus.

Allá él si quiere gastarse su prestigio en un propósito tan deleznable. Debería causarle algún rubor que la mayor compradora de su obra sea María Eugenia Pérez, la presidenta de Ascoop, que agremia a varios de los antiguos socios de Saludcoop. Ella lo envía por decenas a periodistas y opinadores, acompañado con una nota que asegura: “El periodista Alberto Donadío se permite remitir un ejemplar para su lectura”, y agrega: “Para la Asociación Colombiana de Cooperativas y un grupo de cooperativas dueñas de Saludcoop resulta muy importante la investigación del periodista Donadío”. Permitir que el folleto lo distribuyan, a nombre suyo, los beneficiarios de “la investigación” es, en mi opinión, una falta de decoro.

Pese a todo, creo que lo más llamativo no es eso, no es siquiera lo que dice sino lo que calla. Sus lectores tienen derecho a saber algo que Alberto Donadío no menciona en su libro, ni en sus repetidas entrevistas donde me atribuye cosas que no he dicho, sin sonrojarse pero bravísimo para que se las crean. Tampoco lo dice en las presentaciones donde actúa como telonero de Carlos Palacino, quien aparece al final para cosechar los aplausos de la obra laudatoria o desde el comienzo para que pueda gozarse más la abyecta presentación del autor.

Lo que no menciona Alberto Donadío es que su cuñado Virgilio Galvis hizo negocios multimillonarios con Saludcoop y que aún hoy sigue beneficiándose con sus restos.

El exministro de Salud Virgilio Galvis, quien por cierto salió de ese cargo en medio de cuestionamientos y con sanción de la Procuraduría, es uno de los mayores magnates de la salud en Colombia. 

Alberto Donadío lo exaltó con sentido discurso en la presentación del premio Silvia Galvis, una destacada periodista ya fallecida quien fuera esposa de Donadío y hermana de Virgilio Galvis: “Dedico estas palabras a un niño que jugaba con Silvia, llamado Juancho Morales (…) después creció, estudió y se convirtió en el doctor Virgilio Galvis Ramírez, mi querido cuñado y hermano, médico eminente que en los últimos cuarenta años catapultó a Bucaramanga como meca de hospitales y emporio de la medicina”. Discurso Donadío

El “querido cuñado y hermano” es también mecenas del premio de periodismo que promueve Alberto Donadío. En una publicación de la Universidad UNAB, de cuya junta directiva es miembro Galvis y que sirve de escenario a las presentaciones de Donadío, se informa sobre el premio Silvia Galvis: “Virgilio Galvis Ramírez anunció que de su bolsillo se incrementó el monto de los premios de 3,5 millones de pesos a cinco millones, mientras que el de la categoría trayectoria pasará de 10 a 12 millones”. Monto

La fotografía de una de las entregas del premio registra la imagen de Alberto Donadío, de corbata y luciendo unos cómodos crocs, cerca de Virgilio Galvis impecablemente vestido. Foto Donadío

Galvis es la cabeza visible de Foscal, una gigantesca organización de salud que está entre las diez empresas más grandes de Santander y que hizo millonarios negocios con Saludcoop en la época de Palacino. Virgilio Galvis logró, además, que le convirtieran a Foscal en zona franca al final del gobierno de Álvaro Uribe.

Galvis también se mete en política. Respaldó la candidatura a la Gobernación de Santander de Richard Aguilar, el hijo del condenado coronel Hugo Aguilar. Un tiempo después, como lo reseñó La Silla Vacía, respaldó para que llegara a la Gobernación a Holger Díaz. El artículo se llama “Súper poderoso de la salud se la juega por el de Saludcoop”.

Holger Díaz es el famoso e impune autor de un correo electrónico a Carlos Palacino, que en su momento revelé. Siendo representante a la Cámara –y miembro de la comisión encargada de asuntos de Salud– le escribió en estos términos: “Buenas noches, te envío el texto definitivo del proyecto aprobado en las comisiones séptimas, te quiero molestar porque hace 2 meses, no han vuelto a consignar, NIT 804010319-3. Muchas gracias. Holger”. Correo Holguer Palacino

La empresa a la que corresponde ese NIT es “Salud con calidad Limitada”. Las escrituras de esa sociedad muestran que los socios fundadores fueron Holger Díaz, su esposa Gloria Lucía Quiroz, quien se desempeñó como gerente regional de Saludcoop, y su suegro Franklin Roberto Quiroz. 

accionistas

No ha sido la única vez que el nombre de Virgilio Galvis se cruza con el de Saludcoop. La clínica Santa Cruz de la Loma, que era la de Saludcoop en San Gil, fue comprada por la fundación Foscal, la misma del doctor Galvis. Vanguardia Clínica

Los estados financieros de 2021, el año de la compra, muestran que una fundación satélite de Foscal, llamada Avanzar Fos, es la principal accionista de la que fue la clínica de Saludcoop con el 83.57 por ciento. También es socio, con el 1 por ciento, Franklin Roberto Quiroz, el suegro de Holger Díaz. 

Escrituras

Quizás a Alberto Donadío, nuestro Émile Zola, le faltó contar ese detalle en su “Yo acuso”.
 

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