Zarandear la conciencia errónea

Los derechos de los niños Ilustración UPR/Info

Por Carlos Alberto Ospina M.

A veces es preciso zarandear a unas personas para que reaccionen por sí en presencia de diversos contextos de agresión, violencia o abuso en contra de los niños y los adolescentes de ambos sexos. En cualquier tiempo hay razones en apoyo de la prevención, la aplicación pronta de la justicia y la exigencia de duras penas a los infractores. No obstante, siempre falta el centavo para completar el peso que induzca al trabajo integral en favor de la transformación social.

Produce aturdimiento leer las frías estadísticas en compañía de la reconstrucción de distintos acontecimientos dantescos repetidos, una y otra vez, a través de las redes sociales y los medios de comunicación a manera de tráiler cinematográfico. Es elemental afirmar que no existe respeto a la intimidad ni al dolor ajeno. Esta actitud morbosa tampoco abre un espacio a identificar las causas y las posibles soluciones a los problemas de salud mental que padece la comunidad en general.

En el acto, algunos individuos asumen la potestad para imponer justicia por cuenta propia, a la par que ciertos espectadores incitan a los nuevos agresores a embestir con toda la fuerza al presunto victimario. En el fondo no actúan movidos por la impotencia o la incredulidad en el poder judicial. Es decir, la manada de lobos tan solo proyecta su propia patología.

En 2022, después de los padecimientos cardiovasculares, la segunda causa de afectación de la salud de los colombianos fue la depresión, según el ministerio de Salud y Protección Social. La operación matemática toca fondo a raíz del procesamiento de varios datos escalofriantes: el 46,7% de los niños muestran indicios relacionados con problemas de salud mental y el 7,6% de los adolescentes tienen tendencia suicida. Es indudable que estamos en presencia de un asunto multifactorial que requiere atención primaria, política pública y en especial, llamado de urgencia de carácter apremiante. 

Cada hora, Dos (2) niños padecen algún tipo de maltrato; al mes 1.440 y al año aproximadamente 17.280 menores de edad sufren diferentes formas de crueldad. Para Medicina Legal el subregistro o la falta de denuncia puede elevar la cifra a un estado de cosas que nos avergüence, aún más, como nación. 

Debemos actuar de modo imperativo frente a la conciencia errónea, el dejar hacer sin castigo ejemplarizante y el abierto desconocimiento de los derechos prevalentes de los de menores de edad. Es preciso adelantar contundentes labores de prevención y atención prioritaria con el fin de que nuestros niños vean el cielo abierto de esperanza y felicidad. 

Enfoque crítico – pie de página. El colmo del absurdo representado en la decisión de Gustavo Petro de nombrar como ‘gestor de paz’ a Salvatore Mancuso Gómez, el sanguinario paramilitar. Pasamos de la  infamia a la afrenta.

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