Por Óscar Domínguez G.
Desde mi condición de presidente en la sombra del Club de Fans de Bada, ordeno que los dioses en animada procesión te llenen de arrumacos en este tu nuevo cumplesantos como dices que dicen los peruanos.
Los dioses, y, claro la primera línea de tus afectos encabezados por Diny y esa descendencia que te cuela el aire en el “tsunaminoso” ocaso que te ha tocado.
Según mi pequeño diccionario de “Significado de nombres personales”, Ricardo quiere decir “Hombre rico y fuerte en el poder”.
Fuerte a más no poder has sido, habida cuenta de las circunstancias. Si es para quitarse el sombrero – y guillotinarse la cabeza por ahí derecho -viendo no más tu reacción antes reveses tantos tantos. No has bajado la guardia un segundo en tu quehacer cotidiano del que nos enriquecemos lícitamente decenas de bípedos .
Con mi señora Gloria y mi hija Andrea -a distancia- que también te leen, en mi Modicana personal, alzaré mi copa de aguardiente para brindar por ti. odg
ÑAPA
Y como mi madre decía que soy muy generoso con lo que no es mío, te afrijolo, a manera de regalo de cumple, este soneto de mi amigo el poeta huilense -opita para tu colección de gentilicios- Pompilio Iriarte (Y en repetición una foto con tu viejo camarada Álvaro Castaño Castillo cuando viniste al festival de El Malpensate que se realizó en la sede del Gimnasio Moderno)
El libro
Pompilio Iriarte
Rendida estás ante tu libro abierto
y él, ante ti, parece estar rendido.
¿Cuál de los dos al otro habrá leído
con mayor atención y más despierto?
En leernos, el libro es un experto:
nunca se queda apático o dormido.
Por el lector lejano o condolido,
el libro sabe si su autor ha muerto.
O si ha muerto el lector. Todo depende
de quién cautiva a quién, quién se sorprende,
quién se rinde primero y quién perdura.
Como un libro te leo. Me sorprendo
de lo que leo en ti y al fin comprendo
que con tu amor empieza la lectura.