Por Orlando Cadavid Correa
Abrimos esta primera entrega decembrina del Contraplano con una quincena de zurdos famosos. Aquí va:
Aristóteles, Alejandro Magno, Beethoven. Napoleón, Bonaparte, Julio César, Charles Chaplin, Einstein, Gandhi, Miguel Ángel, Pelé, Marilyn Monroe, Isaac Newton, Woody Allen y Paul McCartney.
Nota bene: el 13 por ciento de la población mundial es zurda.
El cronista Luis Tejada brillaba por su humor negro. Para la muestra, este botón: “En los cementerios, en los velorios, en los entierros estamos como en ninguna otra parte, dispuestos a la ironía, al comentario risueño y a la charla frívola”.
SUICIDAS. “José Asunción Silva murió agobiado por la vida y María Mercedes Carranza terminó por imitarlo, agobiada por la muerte” (Daniel Samper).
LA ‘VITAMINA CHE’. Está compuesta de chicharrón, chorizo, chunchurria, chuleta, churrasco, chacina y chanchos.
EL BOSTEZO. “Un pueblo que vive suspirando por su pasado está condenado a bostezar su futuro” (Quino, el papá de Mafalda).
LA FAMA. “La fama es como un río que lleva a la superficie las cosas ligeras y henchidas y sumerge los objetos pesados y sólidos” (Francis Bacon).
GRAN PECADO. “He cometido el peor de los pecados que un hombre no puede cometer: no he sido feliz” (Jorge Luis Borges).
METERSE EN UN LÍO. “Resulta más fácil meterse en un lío que salirse de él” (La ley de Agnes Allen).
UN CONSULTORIO. “Jamás vayamos a consultar a un médico al que se le mueren las plantas de su consultorio” (Erma Bombeck).
DOCENCIA CARA. “Quien crea que la educación es costosa, hará bien en probar lo que cuesta la ignorancia” (Bo Derek).
PAPELES. “Todos los papeles que guardemos no nos harán falta hasta que los arrojemos a la basura” (John Corcoran).
UN BOBO. “Nadie es importante durante largo tiempo sin volverse bobo… La buena voluntad es la panacea de los tontos” (Nicolás Gómez Dávila).
LO QUE IGNORO. “Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro” (Descartes).
LOS QUE RAJAN. “Si los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que pienso de ellos, aún hablarían peor” (Sacha Guitry).
LA APOSTILLA: El escritor mejicano Juan Rulfo sostenía que después de «Pedro Páramo » y «El llano en llamas», no volvió a escribir porque murió su tío Celerino, quien era el que le contaba todas las historias.