Contraplano: De los muertos, sólo lo mejor

Ramon Ospina Marulanada Periodista Taurino, proximo a retirarse de la narración taurina. Trabajo Para temas contemporáneos- Foto Donaldo Zuluaga

Por Orlando Cadavid Correa

En la Grecia antigua, donde todo era sabiduría  pura, antes, durante y después de cada rito exequial se les recomendaba a los asistentes al funeral  de turno tener presente esta máxima: “No olviden que, de los muertos…  sólo lo mejor”.

En la bella Atenas todavía se pone en práctica, pero no tan en boga como en el pasado, esa costumbre antañona en funerarias, iglesias y cementerios.

Traemos a colación este fúnebre ejercicio a propósito del reciente óbito del locutor taurino Iván Parra Díaz, “Parrita”, quien le hizo la vida imposible en la nómina de la cadena radial Caracol hasta llevarlo a renunciar al histórico narrador taurino don Ramón Ospina Marulanda.

Frente a las solapadas mezquindades contra el número uno de la fiesta brava,  radialmente hablando, salió en defensa de su amado padre doña  Miriam Ospina Macías, la hija mayor de la camada, en esta misiva remitida en marzo de 2004 al periodista  José Absalón Duque, director de la revista “Cierto”, que tituló “Los atropellos de Parra”:

“Soy la hija mayor de Ramón Ospina, taurina ciento por ciento, aficionada a la radio de Colombia y, por lógica, caracolera. Como mi padre, he sufrido en carne propia los atropellos de que ha sido objeto desde que el señor Parra  llegó y que sólo por  necesidad económica, afición, amor propio, honestidad, humildad y señorío ha tenido que aguantar. A las cosas  hay que llamarlas por  su nombre,  cueste  lo que cueste, y  tanto a mi padre como a mi hermano Carlos Alberto, les han cerrado  muchos medios,  incluyendo la prensa  (como caso concreto, El Colombiano), sólo porque dicen la verdad, y eso que en nuestro país  pregonamos que existe la ‘libertad de prensa’. Esperemos ahora qué se viene encima,  no sólo de Caracol, sino del señor Parra”.

En la misma publicación se reseñó así el desenlace de las hostilidades de Parra contra el hombre al que tanto acosó y envidió:

“El pasado 28 de febrero puso fin a 53 años de vinculación a Caracol don Ramón Ospina, el más famoso narrador taurino de Colombia. Su retiro voluntario se originó, según explicó, en la persecución que le montó desde su llegada a la empresa el locutor Iván Parra”.

Don Ramón dirigió el 9 de marzo a Juan Piedra Yagüé, representante legal de Caracol, una carta, que él mismo tituló “Una constancia histórica”, con los verdaderos porqués de su retiro de la empresa radiofónica. Y concretó su razón: “Yo, que siempre he trabajado con humildad, no acepto el tono altisonante y altanero para tratar a las personas”.

Dos fechas cargadas de pesar guardamos en nuestro disco duro dedicado a la fiesta de los toros.

La primera, el 13 de enero de 2007, cuando se retiró para siempre de la radio el número uno de la narración taurina, Ramón Ospina Marulanda.

La otra, el 15 de octubre de 2011, el día de su muerte, en la clínica “Las Vegas” de Medellín, rodeado de sus seres queridos. Entre los dos episodios hubo un espacio de cuatro años.

La apostilla: El “Insobornable” don  Ramón, que descansa en paz desde el 15 de octubre de 2011, dejó un gran vacío en los palcos de transmisión de los callejones de los redondeles taurinos de Colombia. ¡Que Dios lo  tenga en su gloria! Su enemigo gratuito partió al más allá nueve años después.

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