Por Edgard Hozzman
Este bello torbellino es fruto de la inspiración del maestro Efraín Medina Mora, que lo compuso a comienzos de los años cincuenta en Sutatenza, donde era director de la banda musical de ACPO, Acción Cultural Popular, Escuelas radiofónicas de Sutatenza.
Guayatá es una población de la provincia de oriente del departamento de Boyacá. Allí, a comienzos de los años cincuenta, el maestro Efraín Medina Mora trabajaba como docente, compartiendo cátedra con Bertha Vaca Perilla, quien inspiró al maestro para escribir y musicalizar “El Guayatuno”, sin duda el tema más conocido de su extensa obra. En su lírica, este torbellino describe el encanto bucólico de la región del Valle de Tenza, y las ilusiones y angustias de un amor idealizado que él hizo realidad, al conquistar a la chinita de sus amores, la que lo había seducido e inspirado el hermoso tema.
Efraín Medina fue mi vecino en Sutatenza, gracias a él aprendí a amar y a valorar nuestra identidad cultural, nuestro folclore, él fue mi primer maestro de música. Yo asistía a los ensayos de la banda musical y todas las mañanas lo escuchaba silbarle a sus cuatro mirlas “El Guayatuno”, acompañado de su tiple.
En sus trinos, los pajaritos cantores entonaban los primeros compases, alegrando el hogar del maestro y su vecindad y no llorando su desventura como reza la letra del torbellino.
Antes de comenzar los ensayos de la banda de ACPO, Efraín Medina se sentaba en su armonio a practicar y escribir la lírica de su Guayatuno y los arreglos para los 17 músicos que los domingos, después de la misa mayor, animaban a la población con conciertos en el atrio de la iglesia, las populares e inolvidables retretas. Eventos en los que la banda interpretaba con maestría los aires más populares de nuestro bello y rico folclore.
El maestro Efraín Medina Mora aprendió música con su padre, Milcíades Medina, cantor y organista de la iglesia de Tenza.
La voz y encanto en la interpretación del armonio de Milcíades Medina era apreciada en todo el Valle de Tenza por lo que era muy solicitado en las fiestas y eventos regionales. Disfrutando de la demanda y la gran popularidad que había cosechado, no dudó en orientar musicalmente a su hijo para que lo reemplazara en los eventos a los que él no podía asistir. Estaba nada menos que preparando a su sucesor.
Al frente de la Banda musical de ACPO, Efraín Medina Mora logró grandes satisfacciones, ganó todos los concursos en los que participó, convirtiendo a la Banda musical de ACPO en la más importante y popular del departamento de Boyacá en aquellos años cincuenta.
Como docente, el maestro compartió sin ningún egoísmo su experiencia y sabiduría con campesinos de Sutatenza quienes alcanzaron verdadera maestría en la ejecución de los instrumentos de viento, que fueron importados de Estados Unidos por Acción Cultural Popular.
A comienzos de los años cincuenta escuchar radio en Sutatenza era muy difícil por la situación geográfica de la región, sin embargo, en casa de mi tío Jorge, sagradamente se escuchaba Radio Santa Fe, la frecuencia de mayor audiencia y popularidad en ese tiempo.
Una mañana, en el programa de música colombiana, anunciaron a los Hermanos Martínez acompañados por el maestro Oriol Rangel en el piano interpretando “El Guayatuno”.
La sorpresa para mí fue grande, la obra de Efraín Medina Mora lograba reconocimiento nacional y era interpretada por grandes personalidades, Ídolos de la música, admirados e inalcanzables. A partir de ese día crecieron mi admiración y respeto por Efraín Medina. Él fue el primer gran maestro de la música que conocí y admiré.
Oriundos de esta bella población son Roberto “Pajarito” Buitrago, ciclista que patrocinó ACPO en 1956 en la Vuelta a Colombia y Ramiro Dueñas, periodista deportivo , “el crédito de Guayatá”. Gran profesional y mejor amigo.
Como un homenaje póstumo a Efraín Medina Mora y con los arreglos e instrumentación del maestro Betho Diaz, se logró una bella versión del “Guayatuno”. Intervienen: Bass, Shaker semillas, tres clavicémbalos, introducción y puentes, el que hace la melodía y el que hace el acompañamiento, además de dos flautas .
Con mi eterna admiración para Efraín Medina Mora, uno de los grandes de nuestra identidad cultural.