QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA
por Efraim Osorio López/La Patria
En resumen, ‘si lo dijo’, ‘lo dijo’, y punto: no hay otra forma de expresarlo.
Dos versos de la canción “Luna roja” de Jorge Villamil: “y mañana al clarear de la alborada / cuando se oigan cantar las guacharacas”. En la Voz del lector (27/9/2023), el presbítero Jaime Pinzón me pregunta: “¿Cuando se oigan o cuando se oiga cantar las guacharacas?”. Antes de dar mi respuesta, busqué dos versiones de la canción en distinta fuente, y en ambas leí: “…cuando se oiga cantar las guacharacas…”, construcción gramatical equivocada, que aun el oído rechaza. ¿Por qué? La explicación está en la ‘determinación’: el complemento directo (acusativo) de esta oración es ‘guacharacas’, que, supongo, es ‘indeterminado’, por lo que no debe ser introducido por la preposición ‘a’, como tampoco, estrictamente, llevar el artículo determinado ‘las’. Ahora bien, si por alguna razón del compositor el complemento es ‘determinado’, la construcción correcta es ésta: “…cuando se oiga cantar a las guacharacas”; si ‘indeterminado’, así: “…cuando se oigan cantar guacharacas*”. Lo que se puede entender mejor con los siguientes ejemplos: ‘Se buscan delincuentes para nombrarlos gestores de paz’ y ‘se busca a los delincuentes de la Primera línea para premiarlos’. En esta última el verbo va en singular porque la oración es impersonal. *Guacharaca: ave vocinglera. También, sonajero. ***
Lectura agradable, la prosa del columnista Julián Bernal Ospina: natural, espontánea, fluida, matizada de trecho en trecho con fina ironía y aceptablemente castiza. ‘Aceptablemente’, porque, ¡cómo no!, tiene algunos lunares que, seguramente, con el tiempo y estudio irán desapareciendo. En su columna de LA PATRIA (27/9/2023), traicionado quizás por la pronunciación idéntica* de las inflexiones verbales correctas ‘case’ (del verbo ‘casar’) y ‘cace’ (de ‘cazar’), ambas, tercera persona del singular del presente de subjuntivo, escribió así: “…busque enemigos donde no los hay, cace peleas imposibles y ficticias…”. Indudablemente, él quiso valerse de la locución ‘casar peleas’ (‘retar a confrontaciones verbales’, en este caso). *Nosotros pronunciamos de la misma manera ‘cazar’ y ‘casar’, ‘cace’ y ‘case’, pronunciación que nos induce al error al escribir esas palabras. Dice también: “Como diría Wilde…”. Esta construcción, muy parecida a la que catalogo como ‘subjuntivitis’ (‘como dijera Wilde’), en la que se emplea el pospretérito de indicativo (potencial), ‘diría’, en lugar del pretérito simple, ‘dijo’, es probablemente rezago de la forma como se expresaban los oradores de épocas pasadas. Pero su uso correcto debe estar acompañado de otro elemento gramatical (explícito o tácito), por ejemplo, ‘como diría Wilde si se lo preguntasen’. En resumen, ‘si lo dijo’, ‘lo dijo’, y punto: no hay otra forma de expresarlo. Hilando más delgadito, y como el personaje ya murió, la construcción debe ser ésta: ‘Como habría dicho Wilde si se lo hubiesen preguntado’. Es la gramática. ***
Así como muchos errores gramaticales –de muestra, estos dos: el galicismo ‘visité Singapur’ en lugar de ‘a Singapur’, y la errada construcción, muy colombiana, ‘diferente a’ en vez de ‘diferente de’–, está haciendo carrera el empleo del verbo pronominal ‘elegirse’ cuando se trata de un candidato que busca la reelección para un cargo oficial en un sistema democrático. Entonces, ¿para qué las elecciones? Sustenta esta afirmación el siguiente texto destacado de primera página de El Tiempo –¡nada menos!–: “El clima político en EE.UU. le plantea a Biden más desafíos en su intento de reelegirse” (1/10/2023). En los Estados Unidos, el presidente en ejercicio por primera vez puede, al final de su mandato, hacer campaña para que sus conciudadanos lo reelijan para un segundo período. Si pudiera ‘reelegirse’, no necesitaría hacer campaña, sino declarar: ‘Aquí estoy y aquí me quedo otros cuatro años”. Como lo hacen, ellos sí indefinidamente, el sátrapa de Nicaragua y nuestro insufrible vecino: éstos sí ‘se reeligen’… a las malas o… a las malas. ***
El adverbio de tiempo ‘cuando’ lleva tilde si es interrogativo, explícita o implícitamente: de interrogación explícita no hay que dar ejemplo; de la implícita, las dos del siguiente consejo, a las que les faltó la tilde: “Pide a Dios sabiduría, conócete bien, y sabrás cuando alejarte y cuando quedarte” (LA PATRIA, Oasis, 2/10/2023). “…cuándo alejarte y cuándo quedarte”, obviamente. Lleva tilde también cuando es exclamativo: ‘¡Cuándo dejará de llover!’.
El lenguaje en el tiempo
Por Fernando Avila/El Tiempo
Pregunta RBV: “¿qué opina, sumercé, de la palabra “sumercé”?
Respuesta: El Diccionario de americanismo, 2010, registra “sumercé” como forma de respeto y afecto usada en la zona central de Colombia. El Diccionario de colombianismos, 2023, agrega como ejemplo, “sor María me dijo que cuando sumercé viniera la llevara a donde ella está”.
Son registros límpidos, sin ninguna valoración, como los que haría Blanquita. Al maestro Joaquín Montes Giraldo, en cambio, se le nota la antipatía hacia la palabra “sumercé”, pues, cuando habla de ella en su ‘Estudio sobre el español en Colombia’, la relaciona con residuos de poder feudal en Boyacá, donde perdura el sometimiento indígena, la división clasista, con los de abajo y los de arriba, todo lo cual hace que la gente inferior se dirija a la superior con el vocablo en cuestión, “lo que sumercé diga”. Como manizaleño, Montes creció con el “usted” y conoció el “vos” de los paisas, pero nunca estuvo familiarizado con el “sumercé”.
Sumercé” viene de “su merced”, expresión similar a “su santidad”, “su eminencia”, “su majestad” y “su alteza”. Estas formas fueron precedidas por otras aún más obsecuentes como “vuestra merced” y “vuesa merced”, que originaron el pronombre “usted”.
Mi experiencia con la palabra “sumercé” es distinta a la de Montes. En mi casa de la calle 44 de Bogotá, era de uso habitual. Con ella nos dirigíamos mis hermanos y yo a nuestros papás y abuelos. Era tratamiento de afecto y cariño, aunque también de respeto y sumisión, bien vista en aquellos tiempos no sinodales.
Todo funcionó bien con el “sumercé”, hasta cuando llegó como nuevo rector al colegio marista el hermano Luis Idrovo, que venía de Popayán. En uno de sus primeros discursos en el patio principal, donde lo escuchábamos 1500 varones muy atentos y respetuosos, el nuevo rector dijo “sumercé”, y se oyó hasta el Parque Nacional el susurro de 1499 estudiantes que reprobaban el bendito pronombre en boca del rector. Yo quedé mudo.
Ese hecho, me causó tremendo problema, pues ya no me atrevía a tratar a mis papás de “sumercé”, pero tampoco podía tutearlos, pues solo se tuteaba a Dios, a la Virgen y a la novia, ni ustedearlos, que era el trato para hermanos y compañeros. En los años siguientes tuve que ser muy creativo para comunicarme con mis mayores sin decirles “tú”, “usted” ni “sumercé”.
Años después, cuando ya no me hacía falta el “sumercé”, y se había impuesto socialmente el tuteo, apareció en el panorama artístico Andrea Echeverri, la Florecita Roquera, que, siendo egresada de la universidad más chic del país, la de los Andes, usaba sin ninguna reserva la palabra rural “sumercé”. En Boyacá se convirtió en patrimonio léxico, y más adelante en Bogotá y sus alrededores terminó por usarse a la par del “tú” y el “usted” sin ninguna limitación ni complejo. Victoria Solano tituló Sumercé su documental del 2020 sobre las luchas campesinas. Juan Carlos Solarte usa el “sumercé” en Blu Radio como sello personal. Hoy existe como acrónimo de Su Mercado de la Región Central, abundan los restaurantes con ese nombre, y es usado por Pirry, con el mismo desparpajo con el que el sacristán le dice al párroco “su reverencia” y don Chinche le decía al doctor Pardito “su persona”.
FERNANDO ÁVILA*
*Experto en redacción y creación literaria
@fernandoav
El soneto de Pompilio Iriarte
El próximo sábado 14 de octubre será visible en algunas regiones de Colombia un eclipse anular de sol. El mundo está que arde por todas partes. Para no pasar por alto ni el eclipse solar ni el eclipse humano, adjunto un textico que, espero, suscite algún interés y, ojalá, alguna respuesta.
Con un abrazo,
Pompilio.
QUEDA EL SOL APENAS CON SU ANILLO
Por Pompilio Iriarte
Se queda el sol apenas con su anillo,
el eclipse por poco lo desnuda.
El corazón no sale de la duda:
¿tiene el astro en la sombra mejor brillo?
¿Exagera el rigor cuando acostumbra
eclipsar la canícula en verano,
o benigno resulta, casi humano,
en la moderación de la penumbra?
A punto de estallar, el mundo en guerra,
llena de humo y hollín la pobre Tierra,
al sol nos van dejando sin su espacio.
y hoy 14 de octubre te diría
desde Israel o Gaza, al mediodía:
¡Vamos, de prisa, vístete despacio!
Pompilio Iriarte
14 de octubre de 2023.
El libro de Francisco Tostón
Roderas (versos)
Huellas en los caminos, como los que dejaban las carretas con las que íbamos a recoger la hierba para las vacas en los prados y valle de Riaño, León, (España), en los veranos de vacaciones.
Roderas: las huellas que deja la infancia en nuestro corazón, elaboradas con nuestros pasos, carreras, pequeñas aventuras, idas y regresos por aquellos caminos idílicos que conducían al viejo Riaño, que murió de mala manera bajo las aguas de un pantano.
Roderas que uno aspira a dejar en algunas de las almas que tal vez accedan a la lectura de estos versos, que recogen recuerdos, armonías, emociones, vivencias, luchas, encuentros, días felices, dolores, pérdidas, sollozos, anhelos esperanzas alegrías (FT)
Nota: Francisco Tostón de la Calle nació en Prado de la Guzpeña, provincia de León, en el norte de España. Cursó humanidades, filosofía y teología en Madrid y Valladolid…. Ha ejercido como docente en varios colegios y universidades de Bogotá.