Tour 2020 con Vinos de Francia; Etapa 20: Rodica Truške Rdeče Reservé 2006 (Istria, Eslovenia)

Victorioso Pogacar anticipó ayer la triple corona del Tour de Francia. Foto ABC.es

Por Juan Carlos Rincón, Londres (www.blog.rincondecata.com)

El ciclismo mundial tiene un nuevo “monstruo”: el esloveno Tadej Pogacar, el talento insolente.

La aparición del nuevo fenómeno tiene pocos antecedentes. En su debut en el Tour de Francia 2020, ganó tres etapas, la última este sábado en la contra-reloj individual, y a dos días de cumplir 22 años se convirtió en el segundo ciclista más joven en conquistar el Tour de Francia, 14 meses después del colombiano Egan Bernal. Sólo los supera el francés Henri Cornet, el campeón de 1904 a los 19 años y 352 días.

El domingo, los corredores de “La Grande Boucle” –la prueba por etapas más importante del mundo,- transitarán los últimos 122 kmts del llamado “paseo de la victoria” hasta París, acompañando al mejor ciclista, al más combativo, el más fuerte, el mejor escalador, el más joven, el que dio el espectáculo y venció en el momento decisivo y en el ejercicio individual a su compatriota de 30 años, Primoz Roglic, el líder del dominante equipo holandés Jumbo-Visma.

Otro nuevo fenómeno del ciclismo mundial que confirma en el Tour de France, un presente y futuro brillantes.

El de este sábado fue uno de los finales más épicos en la historia del Tour de Francia, únicamente comparable en tiempos modernos al triunfo del estadounidense Greg LeMond el 23 de julio de 1989, cuando en el año del bicentenario de la revolución francesa destronó en la última etapa al líder y favorito francés Laurent Fignon. Fueron 8″ los que separaron a ambos ciclistas en la etapa sobre 24.5 kmts entre Versalles y los Campos Elíseos; la diferencia más estrecha hasta hoy en el Tour. Fignon había partido con 50″ de ventaja.

Igual que en el caso de Roglic y Pogacar en 2020, Fignon sólo ganó una etapa ese año y LeMond tres. Fue el año de mi llegada a Europa y aquel domingo viví esa jornada inolvidable en París con mi hermano escritor Manuel José, y mis grandes colegas periodistas especializados en ciclismo, Pablo Arbeláez del diario El Colombiano y Rafael Mendoza de El Espectador, diarios nacionales con los que he estado vinculado desde mis primeros años. Dos semanas antes nos habíamos reunido en el famoso autódromo de Spa-Francorchamps, donde el mexicano Raúl Alcalá ganó la cuarta etapa (su primera en el Tour) corriendo para la escuadra holandesa PDM que desapareció tres años después.

Pero en esta ocasión, 31 años después, la dimensión de la victoria y de la derrota es mayor, y la emoción, a distancia, en Londres, fue incluso superior. Roglic, dominador y aparentemente el más fuerte, no había hecho ningún ataque serio a lo largo de 19 días de carrera y estuvo siempre respaldado por una escuadra poderosa que lo dejó a las puertas del título con 57″ de ventaja. Llegó exhausto a la meta en La Planche des Belles Filles –que traduce coloquialmente como el tablero de las niñas guapas- y perdió 1’56″ con Tadej. Pocos imaginaban una demostración tan avasallante del debutante y un desplome tan brutal del favorito quien tuvo que contentarse con el subtítulo. En mi primer Blog antes de iniciar el Tour 2020, había anunciado el relevo generacional y advertí que Tadej Pogacar sería la revelación de la carrera y lo di como “gallo tapado”, la gran sorpresa. Respondió a mi vaticinio.

Para los colombianos, la jornada fue agridulce: Mientras el veterano Rigoberto Urán mantuvo su 8° puesto y Nairo Quintana el 17° a pesar de sus heridas y laceraciones en el cuerpo, el fogoso debutante Miguel Angel López tuvo -igual que Roglic- su peor día y cayó del podio al sexto puesto. El curtido australiano Richie Porte logró el 3er lugar, a los 35 años, en su décima participación en el Tour y tras 11 temporadas profesionales. El hombre de Tasmania cumplió así su sueño de infancia. El año próximo regresará al equipo Ineos para cerrar su ciclo.

Un Gran Vino para saludar al nuevo Campeón del Tour de France y honrar la amistad eslovena.

El triunfo de Pogacar confirma el advenimiento de una nueva era, la de los jóvenes prodigios, y el principio de una década que se anticipa apasionante para el ciclismo. Cuando en julio del año pasado el director del Tour de France, Christian Prudhomme, saludó en los Campos Elíseos la aparición de Egan Bernal como el nuevo monstruo y consideró que comenzaba con su victoria una nueva época del ciclismo mundial, expresó el anhelo de que surgiera un rival de postín para disputarle las grandes Vueltas y victorias.

“Así como Roger Federer tiene a Rafael Nadal, quisiera que Egan tuviera su Nadal para grandeza del ciclismo”, dijo. No tuvo que esperar mucho. Si los duelos Ayrton Senna-Alain Prost engrandecieron la Fórmula Uno en los años 80, y las batallas Federer-Nadal el tenis de este siglo, la década que comienza será probablemente la de Egan vs Tadej.

Ambos ciclistas son talentos precoces, similares en su desarrollo y biotipo, pero diferentes en su estilo de correr. Egan Bernal es cerebral, no desperdicia esfuerzos, es más racional, menos emotivo. Tadej es arrojo y explosividad, al estilo de los grandes ciclistas de ataque, como demostró en Septiembre pasado en su debut en la Vuelta a España cuando ganó 3 etapas y terminó 3° y fue el mejor entre los jóvenes.

La suerte me acompañó!

Lo refrendó hoy en el Tour cuando logró su tercera victoria de etapa y asumió todos los lideratos, excepto la camiseta verde de los puntos. “No sólo es su fuerza física sino su confianza. Tiene la valentía de arriesgar su posición en la general, atacando”, había dicho su director en el equipo UAE-Emirates, Joxean Fernández. El duelo Tadej vs Egan será un deleite para los aficionados y practicantes del deporte más duro del mundo.

Para Eslovenia, un país de apenas 2 millones de habitantes y poco más de 20.000 kmts2 de superficie, que surgió en Julio de 1991 tras la disolución de Yugoslavia, la presentación de sus pedalistas (1° y 2° en el Tour) es notable. Mi gran amigo enólogo David Bratoz me expresó con emoción que nunca esperaban un resultado tan destacado y que ello fomentará la practica de un deporte que crecía a la sombra del basquetbol profesional y de sus dos grandes figuras en la NBA de Estados Unidos; Goran Dragić del Miami Heat y “el niño maravilla”, Luka Dončić de los Dallas Mavericks, también de 21 años como Tadej Pogacar.

Los eslovenos son gente amable y disciplinada con una herencia católica muy fuerte (el 80% de la población). Es un país con montañas alpinas (los Alpes Julianos), enclavado entre Italia, Croacia, Austria y Hungría. Su industria vinícola es muy extendida y anterior a los romanos que llevaron las vides a Francia, España y Alemania. Hay más de 28.000 bodegas en un país apenas más grande que el departamento del Huila, que sólo exporta 8 millones de botellas de vino de los 120 millones que produce anualmente.

Eslovenia, país de vinos

Conozco los vinos eslovenos desde 2008 cuando los caté por primera vez en Londres y a lo largo de estos 12 años he conocido muchos productores y enólogos fantásticos, aprendido de su industria y establecido amistades firmes con algunos de ellos, como Marin Berovic, Uroš Bolčina, David Bratoz y Marinko Rodica, cuyo vino tinto Top decidí descorchar. El Tour 2020 con Vinos de Francia, habla hoy esloveno y quiere saludar la victoria merecida de Tadej Pogacar y honrar la amistad recibida.

Eslovenia es uno de los países vitivinícolas del centro europeo con mayor diversidad de uvas plantadas, incluyendo las autóctonas blancas como Ranina (Bouvier), Klarnica, Ranfol, Vitovska (Garganja), Zelen y Pinela (Pinello) y la tinta Žametovka (Blauer Kolner o Black Velvet) con más de 40o años de historia. Algunas de ellas se encuentran igualmente en Italia -Venecia y el Friuli-, Hungría y Croacia, con otros nombres. Su industria estuvo oculta por los años del comunismo en el este de Europa, aunque Yugoslavia fue uno de los países “más libres” y su proximidad a Italia y Austria aliviaban los controles. De hecho, Eslovenia fue la primera República de la ex-Yugoslavia en ser reconocida por la Unión Europea en 1991 con el liderazgo del canciller alemán Helmut Kohl.

Y así como el ciclismo renació y el nuevo país organizó por vez primera el Tour de Eslovenia en 1993, la industria vinícola empezó a reverdecer. Hoy día, el país se divide en tres grandes regiones productoras: Podravje, al noreste, donde domina la elaboración de vinos blancos frescos y ligeros para consumo diario con la uva Ranfol (con la que también se producen espumantes) y una mínima producción de Blauer Kolner, conocida localmente como Žametna črnina; Posavje, donde dominan las uvas tintas en tres subregiones: Dolenjska (con su vino Cviček), Bizeljsko-Sremič y Bela Krajina. Hay una gran diversidad de vinos, desde tintos claros y blancos hasta espumosos como el de la famosa bodega Istenič.

La tercera región y la más importante es Primorska, al suroeste, en los límites con Italia y el mar Adriático, donde los suelos formados por rocas sedimentarias de caliza y pizarra (flysch) intercalados con arcilla y limo de origen sedimentario componen diferentes terruños, como el muy especial Terra Rossa (tierra roja).  Gracias al clima mediterráneo, con veranos cálidos e inviernos suaves, la región es ideal para la producción de vinos tintos y el dominio de variedades internacionales como Cabernet Sauvignon, Merlot y el Refošk (Refosco en Italia). En Primorska se elaboran los vinos más complejos, entre los cuales se destacan los de mezcla y el conocido Terán, a partir de la uva Terrano, una variedad del Refosco que sólo se elabora en la zona de Terra Rossa, en Karst. Hay cuatro subregiones: Vipava (donde se producen mayoritariamente blancos con las uvas Zelen y Pinela (su origen data de 1.300), Karst o Kras (mayoritariamente vinos blancos) y las más conocidas Brda (Colio en italiano) e Istra (Istria) donde los vinos tintos y dulces son la especialidad.

Istria es una península compartida por Italia, Eslovenia y Croacia, al norte del Mar Adriático, donde la uva Refošk es dominante y se mezcla principalmente con Cabernet Sauvignon y Merlot. Está igualmente plantada la Malvasia (Malvazija Istriana), la uva blanca semi-aromática que en Italia está muy extendida en Venezia, Friuli y el Veneto. Esta conexión italiana es muy marcada, hasta el punto que el Refošk es conocido como Terrano en la frontera con Friuli-Venezia Giulia, en tanto que al oeste, cerca de Verona, se le considera la uva padre de la Corvina, la gran de los vinos de Valpolicella, incluyendo el Amarone, el Valpolicella Superiore Ripasso y el Recioto della Valpolicella.

Hay otro hecho significativo del aporte de Eslovenia al vino del mundo.  El Concurso Internacional Vino Ljubljana es el más antiguo reconocido por la Organización Internacional de la Viña y el Vino  (OIV). Su primera edición fue en 1955 y ha realizado 60. Desafortunadamente por problemas económicos, la crisis política interna que sólo se resolvió en Mayo pasado y además la pandemia del Covid-19, no se ha podido organizar desde hace dos años. Pero su aporte científico al vino es altamente valorado.

Pogacar, Roglic y Rodica

La etapa 20 del Tour 2020 me llevó al vino tinto Rodica Truške Rdeče Reservé 2006, producido por la bodega de Marinko Rodica en Istria. A Marinko lo encontré en Londres hace 12 años durante una presentación de los vinos de Eslovenia y nos hemos encontrado en diversas ocasiones. La primera aproximación a sus vinos fue su llamativa botella de cuello largo (exclusiva) y después la excelente calidad tanto en los blancos de Malvasía, como en los tintos de la línea reserva y los dulces.

El Tour 2020 con Vinos de Francia lo perdió Primoz Roglic la víspera de llegar a París.

El vino Truške Rdeče Reservé (Truske tinto reserva) 2006, lo había conservado en mi cava porque Marinko me explicó que el producía vinos para guarda. La ocasión de hoy ameritaba abrir esa botella que gentilmente me ofreció y fue una revelación: un vino de reserva en perfecto estado de evolución, pleno de color y vigor, con aromas de fruta roja macerada, notas muy suaves de pimienta blanca y excelente cuerpo y textura envolvente en el paladar con fuerza y gran persistencia después de más de 10 años en botella.

Este es un vino que se cría durante 30 meses en barricas de roble usadas pero que antes tiene una larga maceración con los hollejos que le aportan la intensidad de color.  Es una mezcla de Refošk (45%), Merlot (35%) y Cabernet Sauvignon (20%).  Debido al Refošk, el vino tiene mayor acidez, lo cual favorece la guarda cuando se trata de un vino equilibrado.

La bodega produce hoy vinos orgánicos y sigue elaborando el Truške Rdeče Reservé y una gama de 16 vinos diferentes. El Truške conserva la misma mezcla, aunque ahora Marinko intenta madurar más tiempo el Refošk para lograr mayor estructura y menos acidez. Es la variedad tinta más difundida en Eslovenia pero se planta casi exclusivamente en la región vinícola de la costa de Istria. Marinko considera que la variedad Refošk es muy apropiada para mezclarla con Merlot para conseguir una acidez que mantenga el vino en buenas condiciones a lo largo de los años. En toda Eslovenia Refošk es la uva más plantada, 1.330 hectáreas, el 8% de todas las variedades.

La respuesta de nuestro vino confirma esa percepción y tenía tanto cuerpo que incluso podría haber esperado otros 3-5 años. Pero Eslovenia es hoy noticia de primera página gracias a Tadej Pogacar y Primoz Roglic, al vino de Marinko Rodica y a los enólogos y productores amigos. El placer y la emoción fueron grandes y puedo creer que la cosecha 2006 es probablemente una de las mejores. Gracias Marinko, y Salud!, Santé!, Na zdravje!

* Sitio web de la bodega Vinogradništvo Rodica: www.rodica.si/en

DE LOS AMIGOS: Entre los grandes amigos eslovenos del mundo del vino, hay tres que deseo destacar por su calidad humana y profesional y de los cuales he aprendido mucho como Juez internacional de cata. En orden de encuentro son Marin Berovic, Uroš Bolčina y David Bratoz, todos ellos enólogos.

Marin es PhD en bioquímica y profesor de tecnologías de fermentación y bioprocesos en la Universidad de Liubliana (Ljubljana). Nos conocimos en el Concurso Mundial de Bruxelles 2007 que se realizó en Maastricht (Holanda), cuna del ciclista Tom Dumoulin y donde se firmó en Diciembre de 1991 el tratado político que creó la Unión Europea. Con Marin, quien preparaba un viaje de estudio por los viñedos de América Latina, intercambiamos información y amistad. Es uno de los pocos expertos mundiales en vino que ha visitado Colombia y sus bodegas productoras de vino en Boyacá y el Valle del Cauca. Miembro de la Orden Europea del Vino, es probablemente el mayor experto en vinos de Eslovenia, un reconocido formador de enólogos y ha sido representante ante la OIV.

Uroš Bolčina es un dinámico e innovador enólogo al que he encontré por primera vez en el concurso Mundus Vini en 2009 en Alemania. Habla español perfectamente y trabajó en bodegas en España, Argentina y Chile, antes de regresar y concentrar su trabajo en Croacia y Eslovenia. Uroš trabajó primero con la bodega eslovena Guerila y luego pasó a la bodega Veralda, con la que produjo el vino Istria; el primer vino Croata en conseguir 95 puntos en el Concurso Decanter World Wine Awards en 2016, donde fue calificado como el mejor vino tinto. Fue producido con la variedad Terán y convirtió a Bolčina en el único enólogo esloveno en alcanzar esa distinción. Después del éxito, comenzó a trabajar de nuevo en Eslovenia con la bodega Frelih House of Wine, en la región de Dolenjska y con un vino Cviček ganó el premio especial de Decanter en 2017. Su último proyecto personal es Echo; un vino inédito de tres regiones de Eslovenia para conectar al pueblo esloveno con un vino con variedades autóctonas o minusvaloradas, cada una procedente de tres regiones vitivinícolas: Kozjansko (en la frontera con Croacia), Dolenjska y Vipava. El vino blanco surgió de las variedades Pinela, Silvaner y Welschriesling, y el tinto de Merlot, Barbera, Blaufränkisch y Žametovka. ”Tenía el deseo de hacer un cisne con un patito feo. Eslovenia en una botella, para demostrar que unidos y conectados podemos hacer grandes cosas”, me explicó Uroš.

David Bratoz es el último de los buenos amigos, ex-ciclista aficionado y enólogo generoso al que conocí hace 5 años en el Berliner Wein Trophy cuando Nairo Quintana fue subcampeón del Tour. Nos conectó el ciclismo, la Fórmula Uno y los vinos. Tres años después, hablabamos del ascenso de Primoz Roglic y Egan Bernal. Y ahora, a pesar de estar en tiempo de vendimia, dispuso su tiempo para comentar en permanencia este Tour 2020 y la actuación de los ciclistas colombianos y eslovenos. “Eslovenia está en estado de shock. No sabemos que sentir. La gente en Eslovenia apoyaba a Roglic pero estamos felices por Pogacar, es el nuevo, es joven, está llegando y probablemente ganará otros Tour en el futuro. Pero estamos tristes porque Roglic colapsó en el último día. Creíamos en él y también en Pogacar. Es muy raro. Tenemos los dos primeros ciclistas en el Tour pero hay también un sentimiento de tristeza. Es extraño cuando tenemos poca ambición en triunfar y somos felices con un quinto puesto. Pero tener a los dos mejores ciclistas, es una locura. Pogacar y Bernal serán las grandes estrellas de los próximos 10 años”, me dijo esta tarde David al concluir la etapa que sentenció el Tour 2020.

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