Lunes del ajedrez. Empate 2-2 por el mundial de ajedrez

El match mundial del ajedrez empatado.

Ñapa: Óscar Castro Nacer y morir en abril

En el match por el título mundial de ajedrez volvió a empatarse la confrontación. El ruso y el chino han ganado dos partidas cada uno, y empatado el resto.  Mañana martes se juega la séptima partida.  En el enlace de chess.base encontrarán el desarrollo y comentarios a la sexta partida. De Ñapa, esta vez retomo una crónica sobre el ajedrecista colombiano Óscar Castro muerto hace ocho años en olor de “ajedrecidad”.

Por Óscar Domínguez G.

Campeonato del Mundo 2023

Ding Liren vs. Ian Nepomniachtchi

Del 7 de abril al 1 de mayo de 2023

Partida 6: el vaivén de victorias – otra a cargo de Ding

A base del comunicado de prensa por Milan Dinic (FIDE)

La sexta partida del duelo por el Campeonato del Mundo de la FIDE terminó con una convincente victoria de Ding Liren sobre Ian Nepomniachtchi. El chino volvió a igualar el marcador que ahora está en 3:3. Con cuatro partidas decisivas en las seis primeras rondas, ambos jugadores están mostrando una feroz determinación por ganar.

Jugando con blancas, Ding Liren optó por el sistema Londres, que ofrece una sólida posición al jugar con blancas. Ambos bandos salieron igualados de la apertura, pero la posición parecía más prometedora para las blancas, ya que impidieron con eficacia que las negras avanzaran en el flanco de dama. Esta partida pareció una repetición de la de ayer, en la que Ian Nepomniachtchi derrotó de forma similar a Ding, superándole gradualmente gracias a la mejor coordinación de las piezas blancas. Aunque había igualdad de material en el tablero y una posición aparentemente «normal», las oportunidades se le ofrecían al jugador de las piezas blancas, hoy Ding Liren.

La ventaja de Ding se vio amenazada por los apuros de tiempo y estuvo a punto de perderlo todo. Pero tenía suerte y los movimientos impulsivos de Ian Nepomniachtchi le venían muy bien a Ding, medida que la posición de las negras se deterioraba. Nepomniachtchi empezó a pasarse mucho más tiempo fuera del tablero que sentado frente a él y algunos comentaristas lo interpretaron como señal de su descontento con laposición. Cuando llegaron a la jugada 40 y al primer control de tiempo, las blancas ya estaban ganando por completo y ya no tenían problemas de tiempo algunos.

Óscar Castro: Nacer y morir en abril

Óscar Domínguez G.

Fue un rebelde con y sin causa. Vivió su vida, no permitió que se la vivieran. Fue máster en soledades, generosidad, ajedrez, bohemia, lecturas, viajes, tangos, parques. Rabiosamente independiente, tenía el mundo, la calle, por hábitat. Como María Félix, otra leyenda, nació y murió en el pluviométrico abril.

En vida, pedía  que le enviaran la correspondencia a “Óscar Castro, el mundo”. Los recados  le llegaban luego a Campos de Paz, Medellín, donde reposará hasta cuando sus cenizas sean esparcidas en el nacimiento de algún río o en una reserva natural. 

Claroscuro de Óscar Castro

Desde el 12 de abril de 2022, 8 años después de su fallecimiento, se la pueden dirigir a un  guayacán amarillo sembrado en el Parque del Ajedrez de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, antigua cancha de fútbol Marte 3.

Cuando murió en un accidente de bohemia en plena calle,  estaba tierna como cachete de bebé su participación en un torneo de ajedrez en San Antero, Córdoba, coincidiendo con la Semana Santa. Los dividendos de ese torneo los repartió entre los más jodidos de la fortuna. Compartía, no acumulaba. 

Anduvo siempre ligero de equipaje. Como tenía el mundo por hábitat, llevaba pocos chiros en su maleta. Suficiente un libro de ajedrez, como cuando llegó una vez a Nueva York. El Tío Sam casi no lo acoge en su seno porque consideró que un hombre que tiene por toda maleta  un libro es sospechoso de todo. 

Está en el podio de los mejores al lado de su amigo y colega Carlos Cuartas, Luis Augusto Sánchez, Cuéllar Gacharná, Gildardo García,  Alonso Zapata, Boris de Greiff – quien lo apodaba el Mulato-, para mencionar solo la vieja guardia. “Para mí fue el más talentoso”, comentó Javier Henao Hidrón, biógrafo de Fernando González, ducho en escaques.

Óscar no creía ni en los rejos de las campanas. Su dios era el ajedrez. Bueno, tenía diosa, Caissa, patrona del juego. En la vida real, una de sus diosas fue la pintora argentina Marcia Schvartz con quien se conoció en las callejuelas del Barrio Gótico de Barcelona. 

“A él lo enamoró mi tristeza, y nos unió la nostalgia por el tango”, comentó su amada gaucha. De las soledades de ambos nació Bruno quien anduvo por Medellín conociendo las calles que recorrió su taita. Cate que sí lo vio su tía Olinda Castro, defensora del legado de su insólito hermano Óscar. Bruno estuvo a punto de llamarse Carlos, en homenaje a Gardel. El tango era una de las religiones del célebre trebejista.

“Su desapego y su profunda libertad me enseñaron a ver el mundo con menos miedo”, escribió Marcia para el libro “Óscar Castro, El Jugador” del dueto Luis Santiago y Marco Aurelio Arango Pérez.

Castro aprovechó una de las tantas visitas que le hacía su hermana al cementerio  Campos de Paz, para susurrarle al oído: “Negrita, sáqueme de aquí”. De su  hermano Olinda dice que “agotó los sustantivos y adjetivos que brinda el español”. 

Poco a poco su Negrita le irá dando gusto a ese pliego único de peticiones. El homenaje en el Parque del Ajedrez va en esa vía. El ritual conmemorativo con siembra del guayacán  lo inspiraron  ella, la Liga de Ajedrez de Antioquia que preside Norbey Rodríguez,  y el abogado y ajedrecista Fernando Ordóñez, Naricitas. 

Castro, quien jugó con varios campeones mundiales de ajedrez a algunos de los cuales volvió ripio, definía así su estilo de juego: “Digamos que mi estilo es ecléctico y la definición de eclecticismo es: método y doctrina que consisten en escoger de entre varios sistemas las tesis más aceptables, para formar un cuerpo de doctrina”.

Leontxo García, cronista de El País de Madrid, autoridad mundial ajedrecística, quien supo de su genialidad, dijo de Castro que fue “un genio que no quiso ejercer como tal”. Y reprodujo la partida de Castro contra una de las leyendas del ajedrez , el soviético Tigran Petrosian, La Boa.

También en Manizales tenía su club de fans. “Era el hombre más libre que conocí en mi vida”, resumió Luis H. Aristizábal. “El último samurái”, lo definió el filósofo y escritor caldense Pablo Arango en una imperdible página para la revista “El Malpensante”

Castro no tenía seguidores sino fanáticos, barras bravas. Incluído su amigo y compañero de bohemia Jorge “Conconcreto” Aristizábal, reconocido mecenas del gremio de los trebejistas, uno de los asistentes al acto en la Torre del Ajedrez.

El actor y declamador Gustavo Montoya, en una dramática performance, bautizó a Castro como el Barba Jacob del juego que es una ciencia. Esa obra de teatro amerita repetición con lleno a reventar y buses a todos los barrios… Damas no pagan.

Una placa fue colocada en la foto al lado del recién sembrado guayacán de los que se tienen confianza para crecer hasta 35 metros. (En la foto, su hermana Olinda al lado del guayacán).

La placa tiene esta leyenda salida del caletre del abogado Ordóñez: “Homenaje a una concepción libertaria de la vida.” 

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