Ana Bejarano Ricaurte
Entre tanta frustración, esta semana al presidente Gustavo Petro le salió por lo menos una porque por fin pudo hacer lo que quería desde que llegó al Palacio de Nariño: nombrar a su aliado Hollman Morris como gerente de RTVC.
La designación de Morris es problemática y altamente cuestionable. Primero, porque es un paso más en el deshuesamiento que de esa entidad adelanta el gobierno del cambio, mediante la agudización de un caos administrativo, despidos y designaciones dudosas y, lo más preocupante, la instalación de una maquinaria de propaganda al servicio sus mensajes. Por supuesto esa intención de manosear el periodismo público ya ha sido ensayada, tal vez con menos destreza, por casi todos los presidentes.
Ahora, el gobierno Petro promete acabar con el mandato constitucional del sistema de medios públicos, bien sea porque terminen de hundir a la entidad en la ausencia de gobernanza o porque la transformen completa y tal vez irrevocablemente en un magazín panfletario. O ambas. La excusa es que pretenden balancear el trato injusto que reciben de algunos con halagos para el presidente, pero la misión de los medios públicos no es equilibrar sino garantizar la pluralidad informativa, información que debe ser además veraz e imparcial.
La segunda y más potente razón que hacen de este un nombramiento indefendible, es que sobre Hollman Morris descansan graves acusaciones de violencias basadas en género que nunca ha contestado con suficiencia, las cuales se ha dedicado a silenciar con un arsenal de estrategias. Otra cachetada de Petro al feminismo, al cual instrumentalizó y desechó a su antojo como buen patriarca colombiano.
Es hora de que el defensor del balance informativo del gobierno responda las preguntas que no ha contestado a la opinión pública. Aunque esta obligación no es nueva, ahora el influyente funcionario, que es al parecer intocable en el Gobierno, es dueño (ya no solo tras bambalinas) de portentosos micrófonos que, además, son nuestros.
Por eso quiero por esta vía recordarle al gerente Morris todos esos temas pendientes y que, por ser de interés público y por respeto al nuevo cargo que asume, debe responder.
El 11 de enero de este año la revista Volcánicas publicó un reportaje sobre algunas nuevas y viejas acusaciones contra Morris. Aunque intentaron hablar con él, no hubo respuesta. Volcánicas no pudo hacer sus preguntas, ahora planteo yo los interrogantes con los que me quedé para el nuevo gerente de RTVC:
¿Qué comentario le merece que una mujer que lo denunció públicamente acusó recibir hostigamientos por teléfono, panfletos con sangre, extorsiones y finalmente amenazas de dos hombres con pistola para que callara las acusaciones en su contra? ¿Hizo usted parte de esta estrategia?
Su exsecretaria Carolina Valencia expuso en medios de comunicación las difíciles condiciones de trabajo en su despacho del Concejo de Bogotá, ¿hizo usted parte de estrategias de presión sobre ella? ¿Qué responde a las acusaciones de Valencia sobre el tóxico ambiente laboral en su oficina?
¿Es cierto que en varias ocasiones ultrajó verbalmente a su secretaria en el Concejo, Carolina Valencia, con violencias como decirle: “para mí tú no eres una mujer porque tú ya eres grande. Yo te puedo tratar como trato a los perros”?
¿Es cierto que en su despacho en el Concejo en ocasiones usted “llegaba golpeando todo, decía que no quería hablar con nadie” y tirando las puertas?
¿Es cierto que por lo menos en una ocasión usted gritó a su secretaria Carolina Valencia que era una inútil, y “que por eso no levantaba”?
¿Es cierto que mantuvo vinculada por más de seis meses a una funcionaria a su despacho del Concejo sin pago?
¿Es cierto que se le insinúo en varias ocasiones a una de sus funcionarias en el Concejo con frases como las siguientes: “A mí me gustan las mujeres de piel morena como tú” y “hoy quiero comer negra”, entre otras?
¿Es cierto que usted le pedía a una funcionaria de su despacho en el Concejo que vistiera faldas para: “distraer a todo el mundo y que votaran negativo”?
¿Ha ejercido usted presiones de cualquier naturaleza, ofrecido dineros o retribuciones para empujar a su exesposa, Patricia Casas, a que lo felicite o defienda públicamente?
¿Cuenta usted (o cualquiera asociado con usted) con personas u organizaciones contratadas o vinculadas de cualquier manera para el hostigamiento en línea de mujeres que lo hubiesen denunciado públicamente?
En octubre de 2022 la periodista Laura Ubaté denunció una situación de acoso sexual en la emisora Radiónica, la cual hace parte del sistema de medios públicos. Ubaté puso de presente la ausencia de un protocolo de atención de violencias basadas en género y violencias sexuales. ¿Cumplirá usted la obligación, ya por años insatisfecha, de publicar ese documento?
¿Ha iniciado usted una estrategia de acoso litigioso contra cualquier mujer que se haya atrevido a denunciarlo públicamente? ¿A cuántas mujeres ha denunciado y por qué razones?
Usted ha atribuido la pasada década de denuncias en su contra a una persecución política. ¿A quién específicamente la atribuye, por qué razones y qué pruebas respaldan tales afirmaciones?
Busqué al nuevo gerente para hacerle estas preguntas, pero no recibí respuesta. Ahora que será el rector del sistema de los medios públicos tiene la responsabilidad de honrar la veracidad y balance que tanto predica.