Incertidumbre en la Educación Superior en este 2021

Salón de clases en una IES

Por Universidad.edu.co

Por la pandemia, la educación superior de 2021 parece que será la continuidad de 2020: Las mismas ansiedades e incertidumbres del sector y las IES. 

Como en todos los países y sectores productivos, el Coronavirus fue el personaje (o antipersonaje) del año.

La Educación Superior no fue la excepción. Todos los proyectos de fomento y de consolidación del sector se vinieron a pique a partir de marzo de 2020, cuando se suspendió la presencialidad en todo el sector educativo y la gran mayoría de IES, caracterizadas por su modalidad presencial, tuvieron que adaptar, improvisar, aprender, llamar de diversas formas y, en fin, buscar la estrategia que menos duro les afectará la continuidad y matrícula de sus estudiantes al tener que sobrevivir con apoyo de la tecnología virtual para sus clases.

Coronavirus – no presencialidad – recesión y matrícula cero, los términos que dominaron el panorama en 2020.

La pandemia suspendió la mayoría de los proyectos de expansión de las IES, varios procesos de elección rectoral, acreditación, grandes eventos y discusiones legislativas. Dentro de la agenda del sector, tal vez el único avance lo constituyó la aprobación del Acuerdo 02 del CESU, sobre acreditación, que venía trabajándose desde 2019, en la búsqueda de una articulación con el Decreto 1330, también de 2019.

Las evidencias o resultados de aprendizaje fueron el gran concepto específico que comenzaron a hacer carrera, cuestionado por algunos y que, aunque parecen una simple forma de comprender resultados efectivos del proceso formativo, terminarán causando un importante impacto económico a los programas, por el respectivo y obligado rediseño curricular.  

Por lo demás, aunque se dieron algunas acreditaciones institucionales, el sistema frenó su velocidad y es posible que el año de extensión que se dio a la vigencia de algunas acreditaciones, por efectos de la situación mundial se extienda si en 2021 no se haya una reanudación que tranquilice al sector.

SILENCIO ANGUSTIANTE

El sector termina 2020 y comienza 2021 con el silencio, angustiante y preocupante, de las IES frente a la disminución en sus tasas de matrícula. Especialmente las privadas, pues la mayoría de las públicas se vieron beneficiadas por los patrocinios económicos de alcaldías, gobernaciones y el propio gobierno nacional, a tal punto que en muchas se lograron importantes avances en Matrícula Cero, misma que en gran medida promete extenderse en 2021, por la misma pandemia, pero también porque parece haber llegado para quedarse en buena medida.  

Lo único claro es que este beneficio de matrícula en las IES públicas termina impactando la matrícula de las privadas, que no reciben auxilio financiero directo de parte del Estado y deben buscar las estrategias para tratar de sobrevivir.

Sólo algunas pocas privadas, especialmente con experiencia en virtualidad, han logrado sobrevivir a esta situación, pero también han debido recurrir a congelamiento o reducción de matrícula, lo que terminará impactando las nóminas docentes para el nuevo año.

NINGUNA INSTITUCIÓN MUESTRA CIFRAS

Aunque el Ministerio de Educación presentó un parte optimista sobre la matrícula en 2020-2, que fue el primer semestre académico directamente afectado por la pandemia, a partir de una encuesta que realizó entre un 70 % de IES, lo cierto es que la realidad numérica aún se desconoce, y la extensión de la pandemia sugiere que la situación puede ser aún más grave en 2021-1.

Ninguna IES sale a mostrar sus cifras, y cada rector con sus directivos parecen estar sufriendo -encerrados- las penurias de una baja matrícula, la necesidad de recortar nóminas y de extender lo que más puedan el reinicio de clases para ver si las decisiones gubernamentales, la pandemia y la voluntad de las familias les muestran un rostro favorable.

Muchos de los llamativos avisos de prensa, cuñas radiales y alianzas entre IES privadas no parecen haber dado los resultados esperados en cuanto a recuperación de la matrícula.

Lo cierto es que, cada día en esta situación confirma la recesión del sector, en cifras que aún son una incógnita, pero que seguramente revelarán en los próximos meses, el cierre de un buen número de programas y la extinción de algunas IES que no contaron con el músculo financiero, la capacidad de respuesta ni demanda para sobrevivir a la pandemia.

¿DÓNDE ESTÁN LAS OTRAS?

De un escenario de cerca de 270 IES plenamente activas (de casi 300 con personería jurídica) a comienzos de 2020, a finales de año el Ministerio hablaba de cerca de 160 que tenían las aprobaciones de sus protocolos de bioseguridad para realizar algunas actividades presenciales, especialmente de laboratorios y prácticas presenciales. ¿Y las demás?

Mientras que los rectores de las IES privadas y ASCUN se quedaron esperando soluciones concretas a sus muchas peticiones de apoyo de parte del Gobierno Nacional, éste básicamente continuó la gestión de los recursos comprometidos, desde diciembre de 2.018, para cumplir lo acordado con el movimiento estudiantil y profesoral, y logró apalancar 197 mil millones adicionales como “regalo” a las IES públicas para que bajaran el valor de las matrículas.

La otra mediática gestión del MEN estuvo enfocada a apoyar las IES con mínimas o nulas capacidades para la atención virtual de los estudiantes, mediante el llamado “Plan Padrino”, en donde 30 IES (algunas con dudosa experiencia en virtualidad) se presentaron como líderes del tema para acompañar a cerca de 100 que pidieron dicha ayuda. Los resultados aún no son visibles, y es posible que pese a las alianzas varias de las apadrinadas no soportan la recesión y algunas de las que apadrinan terminen beneficiándose o captando los estudiantes de otras. Eso lo confirmará 2021 y 2022.

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